lunes, 31 de agosto de 2009

N. EL PAJAR,

PINOLERE INFORMA

El periódico El Día en su edición de hoy domingo 30 de agosto de 2009 realiza un reportaje-entrevista a Benito Felipe Rodríguez García, actual tesorero de la Asociación Cultural Pinolere bajo el título “LA MEMORIA DE 25 AÑOS DE FERIA”. Firmado por el periodista Raúl Sánchez.

En este enlace con el periódico lo puedes consultar:

http://www.eldia.es/2009-08-30/norte/1-memoria-anos-feria.htm

La memoria de 25 años de Feria Benito Felipe Rodríguez García lleva un cuarto de siglo haciendo buena parte de ese trabajo que no se ve para sacar adelante la muestra de artesanía de Pinolere, que este año se celebra del 4 al 6 de septiembre.

Raúl Sánchez, La Orotava

A Benito Felipe Rodríguez García, nacido en marzo de 1954 en el Puerto de la Cruz, el amor le llevó a vivir a Pinolere, en La Orotava. Hace 35 años se casó con Lourdes Delgado Luis, una vecina de este barrio de medianías, y desde entonces ha contribuido a transformar aquel rincón rural olvidado en un santo y seña de la cultura popular y la artesanía en Canarias. Benito ayudó a nacer a la Feria de Artesanía de Pinolere en 1984, cuando a penas contaba con diez puestos, y durante los últimos 25 años, a excepción de uno en que no pudo celebrarse, se ha dejado la piel para sacar adelante la feria de mayor prestigio de las Islas. Sus recuerdos son la memoria de un cuarto de siglo de Feria, con mayúsculas.

La primera feria surgió vinculada a las fiestas del barrio y en aquella ocasión, con una decena de puestos artesanales en la plaza del barrio, ya estaba Benito F. Rodríguez ayudando a la comisión de los festejos a sacar adelante una muestra con el barro como protagonista. El segundo año se hizo un homenaje a artesanos de La Guancha. “No teníamos nada y había que pedir por ahí el cañizo y los troncos para construir unos cuantos puestos”, recuerda.

El germen de lo que es hoy el Proyecto Cultural Pinolere surgió en 1987, con la creación de la Asociación Cultural Día de las Tradiciones Canarias. En ese colectivo estaba Benito, junto a Rafael Gómez, Toribio Delgado y José Delgado, entre otros. Ese año se organizó la I Feria del Gofio y la III Feria de Artesanía de Pinolere.

Lo que hoy es el Proyecto Pinolere se inició con reuniones en el Bar La Coromoto, luego en la Asociación de Vecinos de Pinolere y, en muchas ocasiones, en La Barraca de Benito. Un recinto repleto de objetos artesanales y antigüedades donde, entre vino y viandas, se han fraguado proyectos claves para este colectivo.

Los comienzos fueron muy difíciles, tanto que “había que ir a buscar a los artesanos casa por casa para que vinieran. No se nos conocía y Pinolere se veía como un lugar alejado y marginado donde poco se iba a vender”, señala Rodríguez. La falta de medios era tan grande que, en aquellos primeros años, los integrantes de la asociación tenían que hacer las guardias nocturnas para evitar robos en la feria.

Prácticamente hasta la edición número doce de la Feria de Pinolere, sólo ocho personas son las que se encargan de sacar adelante la mayor parte del trabajo de una muestra artesanal que no paró de crecer año a año. “Los momentos más duros fueron esos –recuerda Rodríguez-, cuando las pancartas había que pintarlas a mano y colgarlas el viernes por la noche para que los operarios del Cabildo no nos las quitaran hasta el lunes. Cuando nadie creía Pinolere”.

En aquella época de vacas flacas, los hijos de Benito y otros muchachos del barrio colaboraban en el montaje de la feria: “Los llamábamos los de mantenimiento y eso para ellos era un gran orgullo; además, los mantenía alejados de los peligros de la calle”.

Rodríguez cita al actual gerente del Proyecto Cultural Pinolere, Jesús García, y reconoce que “en Pinolere se ha llorado más de lo que se ha reído”. Aún recuerda cuando la lluvia arruinó el trabajo de meses y animó a los organizadores a adelantar la feria del tercer domingo de septiembre al primero, huyendo del mal tiempo.

“Se nos han saltado las lágrimas viendo como el buen tiempo desaparecía justo en las fechas de la feria y nosotros con un montón de deudas por pagar”, rememora. Entre los momentos más hermosos, el Premio Canarias a la Cultura Popular, otorgado al Proyecto Pinolere, y el Premio Cho Feriante de Oro que sus compañeros le entregaron a Benito en 2006 como reconocimiento a tantos años de dedicación y entrega.

“Hay alegrías más pequeñas, pero muy importantes para mí, como me sucede, por ejemplo, cada vez que se habla bien de Pinolere”, indica Rodríguez. A su juicio, uno de los secretos del éxito de la feria es que “siempre hemos hecho hincapié en mirar los fallos, y menos los aciertos, para ir puliéndolo todo año tras año”.

En su opinión, “la feria ha contribuido a transformar Pinolere y, sobre todo, le ha dado a los vecinos un motivo de orgullo. Además, en esos días, el barrio recibe muchos visitantes y unos ingresos que dan un respiro a las economías familiares”. Después de tantos años en contacto con artesanos de las Islas, a Benito Rodríguez también se le ha pegado la afición. De sus manos salen excelentes maquetas de pajares, molinos de agua, casas tradicionales o eras. Su mujer también elabora licores y postres artesanales.

Benito F. Rodríguez siempre ha trabajado en la sombra, primero como secretario del Proyecto Cultural Pinolere y ahora como tesorero. Sin embargo, su labor más importante no ha estado en los despachos de la asociación, sino en todo lo que tiene que ver con la logística y el mantenimiento. Se ha encargado en los últimos años de mantener en buen estado el Parque Etnográfico, un recinto que se conoce palmo a palmo; además, ejerce como enlace entre los artesanos y la organización de la feria.

A pesar del cansancio y del poco tiempo libre que le deja su oficio de camarero en un hotel de la ciudad turística, Benito Rodríguez mantiene intacta la ilusión: “Siempre seguiré ayudando en todo lo que pueda al Proyecto Cultural Pinolere. Algunas de mis ilusiones son sacar adelante el albergue del parque etnográfico; crear un lavadero a la antigua usanza, donde los niños y jóvenes puedan comprobar cómo se lavaba antes, y hacer una réplica de una galería de agua, que sirva como homenaje a toda esa gente, mucha de este barrio, que se dejó la vida buscando el agua que nos ha permitido salir adelante”.

Rodríguez considera que el futuro de la Feria de Pinolere “está garantizado”, aunque apunta que a los jóvenes hay que animarlos y empujarlos un poco para que se impliquen más. “Esto seguirá muchos años si seguimos como hasta ahora, con pies de plomo, mirando euro a euro. Este año hemos tratado de recortar el presupuesto por todos lados, pero sin rebajar la calidad”, reconoce Rodríguez.

Los próximos días 4, 5 y 6 de septiembre, Benito Rodríguez, volverá a trabajar sin descanso para que la Feria de Pinolere siga adelante. Por lo menos, 25 años más.

Sumarios:

“Como dice Jesús García: en Pinolere se ha llorado más de lo que se ha reído”

“Los momentos más duros los pasamos al principio, cuando nadie creía en el proyecto de Pinolere”

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