martes, 1 de septiembre de 2009

UN NORTEÑO,

VALLE DE LÁGRIMAS

MÁS SOBRE MARY CARRILLO

ARTICULO DE: Evaristo Fuentes

Casi nonagenaria, murió el pasado mes de julio. Tuvo sus coqueteos teatrales con Tenerife. Pero en ninguna de los resúmenes biográficos que he leído-tanto en Google, como en la prensa tinerfeña-en ninguno, repito, se habla debidamente de Mary Carrillo en una etapa concreta de su vida artística, en torno al año 1969, que en Tenerife fue culturalmente brillante.

Me voy, atrapado en mis recuerdos y mis diarios íntimos de todo tiempo, a la hemeroteca de la biblioteca municipal de La Orotava, y hallo que Mary Carrillo actuó en el Teatro Guimerá a mediados del mes de marzo de 1969. Vino con la Compañía Lope de Vega, dirigida por José Tamayo. El día 12 estrenó ‘Madre Coraje y sus hijos’, de Bertolt Brecht, adaptación de Antonio Buero Vallejo. En la mejor época de ‘El Día’, un joven con largas patillas llamado Elfidio Alonso hizo comentarios y entrevistas en cada una de las obras representadas. Yo deduzco que la obra de Brecht, un tío encerrado en sí mismo, es difícil de interpretar y aquí ocurrió que la adaptación se alejó de su enrevesado pensamiento y estuvo dirigida a un público provinciano ávido entonces de fuertes sensaciones nuevas que traspasasen la línea zigzagueante de doña censura, provocadora de nuestros desvaríos… El día 15 del mismo mes y año se puso en escena ‘Hay una luz sobre la cama’, de Torcuato Luca de Tena; y el día 18, ‘La vida es sueño’ de Calderón de la Barca.

Don Jacinto Benavente, premio Nobel 1922, fue como un padre para Mary Carrillo. La carismática polifacética Concha Velasco, su mejor compañera y amiga, actuó como su hija en la obra ‘Buenas noches, madre’, un drama familiar a dúo, escrito por la norteamericana Marsha Norman. TVE emite ahora una entrevista a Mary Carrillo grabada por el año 2000 para ser emitida después de su muerte. Dice a las claras que en el mundillo del teatro hay muchas envidias. Algo consustancial por lo visto-digo yo-en España en el mundo laboral y en cualquier actividad pública. Actriz hasta la médula, no puede evitarlo y hace también teatro cuando habla de la muerte de su hija: “¡Mamá, te necesito tanto!”. Y declama a renglón seguido, ante las cámaras de TVE, visiblemente afectada, una frase: “¡ya estaré pronto con ella!”.

Mary Carrillo no quería que incineraran su cadáver y mencionó tres lugares preferidos para descansar eternamente: Galapagar (Madrid), donde nació y yace don Jacinto, su maestro; Estepona (Málaga) y Tenerife. Aquí tuvo amigos íntimos, y admiradores como yo que, sin mucha noción (npi) sobre teatro, me extasié desde un palco del Guimerá, aquel mes de marzo del 69, cuando visioné a Mary Carrillo ‘jalando’ por el carro de Madre Coraje. A la alta burguesía tinerfeña, que rebosaba en la platea, probablemente se le escapó-igual que a mí-el significado que el complicado Brecht daba a aquella secuencia tan impactante. Ubicados en el gallinero, entonces paraíso de asientos corridos en estrechos escalones de madera, tres o cuatro intelectuales quizá lo entendieron.

No hay comentarios: