ARTÍCULO DE: Evaristo Fuentes
La división diríase que exactamente /fifty fifty/ (mitad y mitad) de las opiniones ante las urnas de los dos tercios de los ciudadanos que-aún y a pesar de todo-van a votar en Pue
rto de la Cruz ha creado una virulencia inusitada poco vista en otros municipios. El carácter calenturiento y aguerrido de la gente de este Puerto da como resultado en determinadas ocasiones importantes, que aflore abierta y exponencialmente un luchador nato en cada vecino. Lo cual se vivió-yo a través de una tele local-el pasado martes 6 de octubre, con motivo de la Moción de Censura, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.
rto de la Cruz ha creado una virulencia inusitada poco vista en otros municipios. El carácter calenturiento y aguerrido de la gente de este Puerto da como resultado en determinadas ocasiones importantes, que aflore abierta y exponencialmente un luchador nato en cada vecino. Lo cual se vivió-yo a través de una tele local-el pasado martes 6 de octubre, con motivo de la Moción de Censura, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.El primer plano que vi nada más encender mi televisor, fue un montón de abanicos-incluido el de Marcos Brito- batiendo el aire caldeado por falta de aire acondicionado, de lo cual era como una metáfora el ambiente de carácter crispado dentro de dicho Salón de Plenos. Y otro defecto lo constituyen los asientos para el público, que son unos bancos de madera corridos incomodísimos, pero que han permanecido durante años y años allí. Esos dos defectos-falta de aire acondicionado y falta de unas cómodas sillas- tenían que haberse corregido hace ya mucho tiempo, para que los vecinos participantes se sientan (de sentirse) y sienten (de sentarse) más cómodos y se acaloren menos, sin necesidad de abanicarse, ni tanto bullicio, procediendo correcto comportamiento en estos actos públicos tan importantes.
ESPECTADOR




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