miércoles, 11 de noviembre de 2009

ARGELINOS,

LOS OTROS MUROS

ARTÍCULO DE: Ciudadanos por la Constitución


Éramos muchos los que pensábamos, hace veinte años, que el socialismo había sido herido de muerte y que tras el oprobioso muro de Berlín, otros irían cayendo, en efecto “dominó”. Es lo que tiene ser joven, que se crean expectativas demasiado altas, incluso de sí mismo: luego viene la vida a ponernos a todos en nuestro sitio. Sólo somos supervivientes.

Sí, el muro fue derribado, pero las larvas del comunismo siguen enquistadas en Cuba, en Corea del Norte, qué decir de China. Incluso ganan terreno, como su versión indigenista, seguro que estéril pero muy agresiva en Venezuela, Bolivia y otros países de la América Española. El muro que partía la cara de Berlín fue destruido, pero otros muchos se han mantenido y aun surgido donde no existían.

El peor muro es el que está delante del entendimiento del ser humano. Es granítico, inamovible. Inconmovible. Las ideologías relacionadas con el comunismo han sido (y son) la epidemia más salvaje que ha sufrido el ser humano, llenando fosas con la escalofriante cifra de decenas de millones de muertos. Y la antediluviana siniestra española, cretácica, contemporánea de los últimos grandes saurios sigue sin derribar ese muro al que aludo. No se disculpan, eso no figura en el manual del marxismo, porque no se equivocan: la pobreza y el gulag en una sociedad envilecida, habituada a dejarse la vida en interminables colas para comprar una barra de pan que ni siquiera estaba asegurada. Calladas, grises, tristes, vestidas con su resignada miseria, tres y cuatro familias conviviendo, hacinadas, en el mismo piso. La igualdad. El hambre. El nuevo hombre proletario soportando que los piojos le chupen la sangre: en esto se resume el socialismo.

Y el embrutecimiento de toda una sociedad que más merece el calificativo de “rebaño”, y que con cómplice pasividad traga con todo. Con mentiras, con corrupción, con impuestos salvajes. Que le toque a otro y ahí me las den todas porque se lo habrá “buscado” (magnífico Luis del Pino en m/jubilados-sin-techo-5375/ y http://blogs.libertaddigital.com/enigmas-del-11-m/premiar-la-imprudencia-5378/).

Los demás a seguir viendo el fútbol. O lo que sea. Lo bueno de los muros que ciegan las entendederas es que no se ve lo que se quiere ignorar. Siempre encontrarán a Jauja de perfil, vendrán a buscarla para llevarla al matadero y todavía seguirá creyendo que la “cosa” va con otros y que nada le afecta. Uno ha visto muertos con más coraje. Claro que no estaban infectados por el socialismo.

Como esto es una “democracia”, no hay que quejarse porque los muros no se ven... hasta que nos estrellamos en ellos.

Por cierto, la Alemania oriental también se denominaba “democrática”... Honor y Patria, por la Refundación de España.

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