jueves, 24 de diciembre de 2009

ANGELOS,

EL CAOS DEL HOMBRE

ARTÍCULO DE: Ciudadanos por la Constitución

Hay quien afirma que el caos del Hombre es la derrota de Dios. Por lo que supone de proyecto fallido, desde su Creación hasta su Salvación. Hablar de la derrota del Todopoderoso es entrar en una paradoja; ya he dicho que estos “Comentarios” no pretender entrar en materia de Doctrina Católica, más que nada porque para eso “Doctores tiene la Iglesia”… pero no debemos olvidar que los demonios que se esconden tras la Cruz son los más peligrosos y las Escrituras nos previenen contra ellos.

No, no pretendo espantar a mis lectores ateos, ellos conocen perfectamente mi condición de católico. Tampoco es necesario serlo para defender lo obvio. Y lo obvio es que la defensa de la Vida es una trinchera más, otra más, donde el futuro de Occidente se debate entre la supervivencia o su final. Así de dramática es la disyuntiva, como la propia diferencia entre la vida y la muerte. No hay medias tintas. Los estados intermedios se quedan para literatos y virólogos.

Me gustaría que alguien adoptase una actitud gallarda. Aunque fuera meramente simbólica para no convertirse en cómplice de la aberración. Me gustaría, pero no albergo ninguna esperanza. Fue Balduino I, rey de los belgas, el que se negó a sancionar con su firma la ley que amplió los supuestos previstos para el aborto en su país. Renunció a ser jefe del estado entre el 4 y el 5 de mayo de 1990 para no tener que hacerlo ya que iba contra su conciencia: uno echa de menos esos gestos. Habrá quienes digan que no sirven de nada, pero difiero: sirven para armar moralmente una nación señalando lo que está bien y lo que no, ese es el principal magisterio que debe desempeñar un monarca que cumple con sus deberes renunciando a la comodidad de un papel constitucional… máxime cuando esa Constitución es un cadáver insepulto, como ya he afirmado en distintos “Comentarios”. Y el deber moral está por encima del que marquen leyes erradas. El primero no prescribe, las segundas se modifican al capricho del color político que mande... o destruya.

Y ahora malmanda uno que está aliado con la muerte. Por eso facilita la muerte de niños en el vientre de sus madres; por eso fomenta que las personas con problemas crónicos de salud, o simplemente viejos (que nada malo tiene ese término), arrojen la toalla y busquen la manera “digna” de suicidarse; por eso jalean a médicos que más merecen llamarse verdugos. Por eso arremete sin descanso contra la familia, cuando es precisamente esta institución la que está evitando una revuelta de consecuencias impredecibles. La familia es la que ayuda cuando uno o varios de los suyos se quedan en paro, la familia es la que arropa cuando la enfermedad se ceba en uno de ellos, y es la familia la que cuida a los niños cuando sus padres tienen que trabajar, si es que pueden, de sol a sol para pagar una hipoteca salvaje y usuraria a un banco… esos grandes mimados del Poder junto a los sindicatos y otras organizaciones subvencionadas con nuestro dinero. Detestan a la familia como detestan todo lo que huela a defensa de la Vida. Así paga el diablo a quien bien le sirve.

Y nosotros, que estamos a favor de la Vida, honraremos un expresivo símbolo de ella: la Nochebuena. El nacimiento de Jesús.

Paz y feliz Navidad a todos los seres humanos de bien. Y los incondicionales de la muerte… que se lo hagan mirar.

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