domingo, 17 de mayo de 2009

ART. DE UN VILLERO,

NIÑOS DESAPARECIDOS EN CANARIAS

ARTÍCULO DE: Agapito de Cruz Franco

Entrevista a los padres de un niño de Canarias desaparecido en el franquismo

Santiago Concepción y Concepción y Luz Marina Matos Abreu son un matrimonio originario de la isla canaria de La Palma, concretamente de la zona conocida como La Galga y Los Galguitos. El llegó a Tenerife con 17 años para hacer la mili y ya se quedó para siempre. Hoy viven en el barrio de Geneto, La Laguna, Tenerife. Tienen 5 hijos.
En realidad 6. Porque desde el 15 de octubre de 1964, mantienen viva la esperanza –verde como su “isla bonita” natal- de que aparezca el hijo robado por el franquismo. Por ese contubernio clerical-fascista, que durante la Dictadura de Franco hizo desaparecer tantos inocentes:

- Estaba haciendo la mili en el cuartel de Hoya Fría y vivíamos en Taco, donde le decían las “cuarenta casas”. Al ponerse ella de parto la ingresaron en el Hospital Viejo de Santa Cruz, (hoy Museo de Ciencias Naturales).

- Papá, déjame a mí que yo lo parí –tercia Luz Marina toda agitada- Cuando nació nuestro hijo me lo pusieron en los brazos. Yo siempre les he revisado todo: uñas, pies, todo… para ver que están bien. Era un niño rollizo, sano. Don Celestino Chávez, que era el médico partero, nos dijo que “no era de tiempo”, que era sietemesino, y que se lo llevaban a la “Casa Cuna” (El Orfanato de Santa Cruz), para ponerlo allí en una incubadora.

Nosotros ¡qué íbamos a decir! sabe usted… Si lo decían ellos pues sería así.

Además yo no recordaba bien los plazos del embarazo.

- ¿Y qué ocurrió?

- Las monjas –esas del ala en la cabeza- nos preguntaron si nos parecía bien que le pusiéramos de nombre José María. Les dijimos que sí. Luego yo fui a verlo a la incubadora –continúa Santiago- Había normas muy estrictas y me dejaron verlo como a tres metros ¡Estaba tan precioso! Todo coloradito…

- Pero al segundo día nos avisan por teléfono que había muerto. Entonces dijimos: “¿Pero cómo puede ser eso?” Así que nos fuimos a la Casa Cuna a recoger el cadáver. Sin embargo, cuando llegamos nos comunican que ya lo habían enterrado. No nos dieron documento alguno. Ni libro de familia, ni de nacimiento, ni de defunción.
Nada - Como si fuera un animalito, comenta Luz Marina. Ellas, tanto las monjas del Hospital como las de la casa Cuna, en la conversa, hablaban del niño como si fuera un animalito.

- Entonces –interviene Santiago- fuimos yo y mi hermana al cementerio de Santa Cruz, el de Santa Lastenia, donde lo habían enterrado. Y allí nos dice el encargado: “No, aquí ayer no se enterró ningún niño”. Y ante mi asombro me dice de nuevo: “¿Quiere usted comprobarlo? Pues vaya a la parte alta. Donde se entierran los bebés y mire el suelo a ver si hay tierra fresca o ha sido removida ya que no me cree”.

- ¿Y? - Seca. Sequita. En aquella tierra no habían enterrado a nadie en mucho tiempo. Así que volvimos a la Casa Cuna y entonces nos dieron otra versión:

“No, lo enterramos con un soldado”.

- Todo mentira –dice la madre- Allí no había señales de nada. Sólo murciélagos y basuras. Pero cuando te nombraban a los militares ya se sabía. Era para callarte. Aguantarse. Como era cuando Franco, usted no podía decir nada…. ¡Nos lo habían raptado!

- ¿Qué pasó con Don Celestino Chávez, el médico?

- Lo encontramos años más tarde en el Hospital. Nos acercamos y le dije yo misma: “Mire Don Celestino, tengo una espinita aquí clavada que no me deja vivir… (Interrumpe sus palabras, se emociona y se pone a llorar. La tranquilizamos. Y continúa): “¿Usted podría decirme algo de qué pasó de verdad con mi hijo José María?” El médico era ya muy mayor ¿saben?, hoy quizás ya no vive, no sé. Entonces se dirigió a nosotros, nos miró fijamente y nos dijo: “¿Ustedes quieren saber dónde está? Averígüenlo. Investiguen…”

Esa respuesta supuso una esperanza para nosotros.

Y se fue. No lo hemos vuelto a ver.

- ¿Conocen más casos como el de ustedes?

- Muchos. A Modesta, una vecina nuestra que vive un poco más abajo le pasó algo parecido pues dándole ya el pecho se le puso enfermo y lo llevaron al Hospital. Al día siguiente le comunicaron también por teléfono que había muerto.

Prepararon la cajita y se fueron con ella al Hospital, pero al reclamarlo, la misma respuesta: “Ya lo enterramos con un soldado”

Siempre lo mismo. Siempre sin papeles. Era la señal. Y así mucha gente.

Hace poco nos llamó otra señora de La Palma diciéndonos que a su madre también le pasó igual. Hay mucha gente como nosotros, con esa pena de haberles quitado los niños en esa época.

- Le jode a uno, oiga –termina Santiago- Hoy tiene que tener 44 años para 45. Cualquiera puede estar pensando que lo abandonamos o que lo vendimos cuando lo que pasó es que nos lo robaron…

Cuando mantuvimos esta charla con Santiago y Luz Marina el pasado 4 de abril hacía una tarde primaveral. Su casa está en una zona rústica, abarrotada de verde y flores amarillas. Nos cuentan que durante muchos años les concedieron el negocio de lavandería del Cuartel… Durante la entrevista aparecieron dos de sus hijos, uno enfermero. En el Hospital un paciente que acude periódicamente a la planta 7 le ha hablado de un mando militar “clavadito” a él que vive en el Barrio de Las Mercedes, también de La Laguna, en el mismo arco geográfico que Geneto y el Cuartel de Hoya Fría: “Tendrá unos 40 años y te pareces exactamente a él”, le dijo un día. Espera alguna foto o que contacte con él a ver si es una casualidad o tiene relación con el caso.

La ARMHIT – Asociación para la recuperación histórica de la isla de Tenerife- ha decidido investigar. La duda de si había o no incubadoras en el. Propio hospital y el hecho de llevarlo al Orfanato, la ausencia de documentación y la no entrega ni aparición del cuerpo, las mentiras de las monjas y la elección del nombre por estas, la respuesta tardía del médico… son lagunas oscuras que así lo aconsejan. En ese sentido se han puesto en marcha dos procesos paralelos: el legal y la propia investigación en los archivos de la época.

Agapito de Cruz Franco es Secretario de la ARMHIT

Un extracto de esta entrevista ha sido publicado en http://www.diagonalperiodico.net/spip.php?article7856

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