lunes, 25 de mayo de 2009

DESDE CUBA,

PLAZA DE ARMAS, LA MÁS ANTIGUA

ARTÍCULO DE: Diana Valer

La Plaza de Armas era en el siglo XVI el corazón de la ciudad y el Capitán General de la isla asistía a las festividades desde el balcón de su palacio.

Se estima que ya existía desde 1577 porque a finales del siglo XVI en las Actas Capitulares del Ayuntamiento se hacía referencia a la necesidad de ampliar su espacio. Entonces la plaza era pequeña y se hallaba muy cerca de la fortaleza del Castillo de la Real Fuerza.

El 13 de septiembre de 1577 en el Acta Capitular del Cabildo se detalló al respecto que la plaza “será muy bastante grande para esta villa aunque tenga muchos vecinos más”. En realidad durante bastante tiempo la plaza de Armas sería el centro de la villa, incluso se pregonaban las leyes y noticias más importantes.

Fue a partir de 1589 que la Plaza Mayor o de Armas comenzó a adquirir su fisonomía definitiva. Después de la guerra de independencia fue abandonada y en 1935 fue restaurada, de acuerdo con antiguos grabados.

La Plaza, provista de bancos de mármol y en la que hay libreros de lance, es una de las más agradables de La Habana Vieja y se encuentra rodeada por magníficos edificios coloniales.

En ella uno puede encontrar el Palacio de los Capitanes Generales, que fue construido en 1776 por orden del gobernador de Cuba, el marqués de La Torre. En la actualidad constituye uno de los más hermosos ejemplos de la arquitectura barroca de La Habana. En 1902, entre sus paredes se proclamó el nuevo gobierno y se convirtió en palacio de la presidencia de la República hasta 1920.

El patio está adornado con plantas y una estatua de Cristóbal Colón. En el primer piso se abre el Museo de la Ciudad, desde donde puede admirarse la primera estatua de bronce hecha en Cuba, en 1630, la Giraldilla, símbolo de la ciudad, copiada de la de Sevilla y que hoy adorna las etiquetas del famoso ron Habana Club.

La Giraldilla se hizo en homenaje a doña Inés de Bobadilla, esposa del gobernador Hernando de Soto, romántico explorador que buscó durante toda su vida la fuente de la juventud. Murió en 1542, sin haberla encontrado, pero doña Inés siguió esperándolo mucho tiempo, aún después de su muerte.

El museo recuerda la historia de la ciudad, a través de pinturas, uniformes, un mobiliario de extremada riqueza. Pueden verse los bustos de los presidentes cubanos, de 1902 a 1952, así como la primera bandera nacional.

En la esquina Noreste de la plaza se levanta el Castillo de la Real Fuerza, primera fortaleza construida en Cuba. Cerca del Castillo está el Templete, un pequeño templo neoclásico construido en 1827 para conmemorar la fundación de la ciudad y la primera misa celebrada en 1519.

En su interior se exponen telas de un alumno de David, Jean-Baptiste Vermay, que representan la histórica misa. No lejos del Templete se admira el magnífico Hotel Santa Isabel, que fue antaño el palacio Santo venia, donde el célebre Conde del mismo nombre celebraba sus suntuosas fiestas.

El palacio del Segundo Cabo está situado en el lado norte de la plaza y fue construido entre 1772 y 1776. Además fue sede del Congreso de 1902 a 1929 y alberga hoy dos editoriales vinculadas al Ministerio de Cultura.

Hasta el próximo artículo, que sean inmensamente felices, y que disfruten de todo el tiempo maravilloso y fantástico. No olviden que tienen una nueva cita en este PERIÓDIO DIGITA DEL VALLE "LA VERA PASO A PASO".

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