jueves, 23 de julio de 2009

ANGELOS,

GIBRALTAR ES DE ESPAÑA

ARTÍCULO DE: Ciudadanos por la Constitución

Recuerdo que hubo una época en que estuvo de moda entre los progres la frase “yankee go home”. Estoy seguro de que no sabían muy bien el significado, menos aún la procedencia, pero lo repetían y repetían machaconamente como una letanía. Laica por supuesto, como la perra espacial. Menuda perra cogieron con el eslogan.

Fue al principio de la década de los ’70 del siglo pasado. Todo lo que les molestaba se acompañaba del “go home”, acaso para exorcizarlo. De forma laica. Sí, la perra cosmonauta. Llegué a contemplar alguna pintada con “Franco” sustituyendo al “yanqui”. Cosas de los siniestros. Ya he dicho que los progres españoles (ahora jaujeños) no destacan por su inteligencia, menos por su cultura. Ahora bien, las perras que pillan son ciclópeas, excepto la “laika”, para confirmar la regla, que era más bien chiquita. Será que el politburó no cayó en la cuenta de que había que exaltar a los canes comunistas “del mundo uníos”, que no todos iban a cuatro patas.

Usaban el “go home” para todo lo que no era progre. Nunca, jamás, leí alguna alusión a la colonia que su majestad británica mantiene como un agravio al sur de España, recuerdo de una pretérita guerra. Debe de ser que a los progres no les molesta la última colonia en Europa. También puede ser por los “Rolling Stones”, nunca se sabe, sea como fuere, lo de “british go home” referido a los ocupantes (porque son eso) de la Roca quedó inédito. Que lo de “Gibraltar español” era cosa de Franco y como ellos son muy modernos no les incumbía en absoluto. Todo lo contrario que el viet-cong, que como estaban muy “concienciados”, había que apoyarlos contra el imperialismo. Tampoco utilizaron ese término para calificar las “actividades” de la komintern, o las invasiones soviéticas de Polonia (septiembre de 1939), Hungría (otoño de 1956), Checoslovaquia (la “primavera de Praga”, en 1968), y Afganistán (diciembre de 1979); sin olvidar los trabajos de los agentes de la kgb ayudados por los “tontos útiles” de turno, a lo largo y ancho de toda la Tierra.
No me sorprende la claudicación que escenifica el malgobierno con la visita del “presunto” ministro de asuntos exteriores a Gibraltar, la primera desde que el Tratado de Utrecht cedió el peñón a la pérfida albión (junto con Menorca, pero la isla se recuperó después), que la tomó en nombre del archiduque durante la guerra de Sucesión y no para sí. No, no me asombra, tenían que ser siniestros, en esa maratón inasequible al desaliento que corren contra la Nación. Mi admiración confesa por la Gran Bretaña no es incompatible con un severo juicio sobre las tendencias filibusteras que asoman a su conducta con reiteración enfermiza y que se hallan como en casa allí, donde el blanqueo de capitales es cosa común y donde hay registradas más sociedades (no “empresas”) que habitantes (incluyendo a los monos, por aquello del disparate-proyecto “gran simio”). Mi respeto por los británicos es equiparable al que nos tienen por haber sido el enemigo más formidable con el que se han topado: no nos derrotaron porque nos perdimos en nuestras disensiones internas. Trafalgar podría haber quedado en anécdota. Otros desastres hubo antes y pudimos devolverles la moneda. Y lo saben. Ya dijo un almirante inglés que “en la mar, como en tierra, no hay nada peor que un español enojado”.

Por eso no renuncian a mantener un agravio permanente y doble porque es contra un aliado (de la Otan) y contra un socio (de la unión europea). Se retiraron de Hong-Kong ante un potencial enemigo, pero son incapaces de tener la gallardía de hacer lo mismo en su colonia del extremo meridional de Europa: su rencor delata el encono que nos vinculó durante tres siglos. Un rencor que invariablemente encuentra asidero en la felonía o indolencia de algunos. Estos son los peores, al menos los británicos miran por lo “suyo”. Las comparaciones son odiosas.

Así que, aunque se molesten mis queridos amigos británicos, siempre diré, hasta el día que ondee la rojigualda en lo alto de la roca: “Gibraltar español”.

No hay comentarios: