martes, 15 de septiembre de 2009

TAORO,

MANIFESTACIÓN CONTRA EL OLVIDO Y LA INJUSTICI

ARTICULO RECIBIDO: Sacramento Domínguez

La solidaridad, la injusticia y la impotencia recorrieron las calles del pueblo de San Juan de la Rambla en una manifestación silenciosa llena de lágrimas y rabia contenida, celebrada el pasado sábado 11 de septiembre, al cumplirse el 6º aniversario de la violenta muerte de una joven sanjuanera, aún sin esclarecer.

Hace seis años que Marisa, una mujer disminuida psíquica desapareció, sin dejar ningún rastro, exactamente el 9 de septiembre de 2003 y fue encontrada muerta, flotando en el mar, dos días más tarde. Hoy, seis años después, su pueblo y sus amigos se han unido para salir a la calle y manifestar su inquietud por la desaparición y muerte de esta joven que aún está sin resolver.

Al acto acudieron alrededor de un millar de personas entre las que se encontraban los padres de Sandra Palo, cuya sensibilidad hacia este caso es máxima ya que su hija también padecía una discapacidad psíquica y fue brutalmente asesinada. Este caso ha tenido bastante trascendencia mediática en los medios de comunicación a nivel estatal y su madre se comprometió a elevar su voz ante los medios de comunicación y ante los políticos para que se conozca el caso de Marisa y, también, para ayudar a su familia a encontrar las respuestas ante tan horrible crimen. Además estuvieron presentes el alcalde de la localidad, Manuel Reyes, y el teniente alcalde, Marco Abreu, junto a representantes del Foro contra la Violencia de Género de Tenerife, la directora del Instituto Canario de la Mujer, Isabel de Luis Lorenzo, la Red de Asociaciones de Mujeres del Noroeste de Tenerife y la esposa del alcalde de Icod de los Vinos, que es natural de San Juan de la Rambla.

La manifestación hizo varias parada en su recorrido, una de ellas frente a la casa familiar de la fallecida donde Mercedes Alexander leyó un conmovedor escrito evocando la vida y la muerte de Marisa, así como el sufrimiento de la madre, de toda la familia y amigos; a continuación una joven interpretó una canción compuesta por ella misma con motivo de la desafortunada muerte que le tocó sufrir a esta chica que nunca le hizo mal a nadie.

A la llegada de la manifestación a la plaza, varias personas expresaron sus sentimientos ante el resto de los allí convocados, pero hay que resaltar la intervención de una joven abogada que caldeó el ambiente tranquilo con el que había transcurrido la manifestación, instando al abogado familiar a dar las explicaciones que la familia y el pueblo necesita para seguir adelante con sus vidas y poder cerrar este capítulo incompleto de la historia de un pequeño pueblo que puede hablar de un antes y un después de la desaparición de Marisa. Este hecho hizo que la gente, sobre todo los familiares, se soliviantasen y pidieran la intervención pública del abogado de la familia que confirmó el sobreseimiento provisional del caso por falta de nuevas pruebas que lleven a su esclarecimiento.

Finalmente, se proyectó un montaje fotográfico sobre la infancia y juventud de Marisa en las paredes del templo, para dar por concluida la manifestación con una suelta de globos y el aplauso de los presentes en apoyo a la familia.

Su familia continúa sufriendo, como el primer día, por la desaparición de uno de sus miembros, que según ellos mismos manifiestan "era la alegría de la casa". Loli, una de sus hermanas, ha manifestado que no se cansarán de pedir justicia y pedir que se encuentre al asesino de su hermana que está libre, viviendo entre nosotros. "Estamos convencidos de que al asesino de Marisa hay que buscarlo aquí, en San Juan de la Rambla", ha declarado su hermana en varias ocasiones. También, a lo largo de estos años, ha hecho otras declaraciones que merecen ser destacadas por las connotaciones del padecer diario de esta familia que conllevan: “Nos sentimos decepcionados y disgustados porque creíamos que la investigación tardaría, pero no tanto”, “Queremos romper el silencio. Al principio nos pedían calma, pero eso ya no tiene sentido”, “Muy a nuestro pesar, estamos convencidos de que el asesino o los asesinos se esconden entre nuestros vecinos”, “Sabemos que la muerte fue violenta y no podemos enfrentarnos a los detalles”.

La muerte de Marisa, todavía sin resolver, nos hace caer en la cuenta de lo frágiles que son las vidas de aquellos que, por su incapacidad, más necesitan de una sociedad implicada en los problemas sociales. Una sociedad solidaria que ofrezca a los más desfavorecidos una alternativa, su apoyo incondicional y su protección.

¡Justicia para Marisa! Y para todas esas personas desaparecidas de las que no se ha sabido nada más y sus familias siguen esperando una respuesta de parte de la justicia.

María Pérez










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