miércoles, 4 de noviembre de 2009

ANGELOS,

GENIO E INGENIO

ARTÍCULO DE: Ciudadanos por la Constitución

El espíritu del español ha sido forjado a lo largo de los siglos. Con dos constantes permanentes: Rebeldía y amor por la Libertad. Ha habido pueblos levantiscos, pero como el español, pocos. Y que hayan mezclado el individualismo más exacerbado con el espíritu de sacrificio colectivo llevado al límite, ninguno. Los que hemos visto una unidad militar española en acción lo sabemos.

El espíritu del español se ha forjado en el crisol de la escasez y en la lucha continua, secular, contra un enemigo. Las guerras de los españoles han sido largas, sangrientas, totales y nos han marcado de manera indeleble. Como a nuestros contrarios, que renegaron de la hora en que osaron agraviarnos, desde el moro hasta napoleón.

Una de las peores cosas que nos ha pasado como Nación es encontrárnoslo “fácil”. Cuando la abundancia ha sobrevenido lo ha hecho en forma de presagio de la miseria, porque lo nuestro es la austeridad midiendo los tiempos. Una buena cosecha cada dos malogradas. Siempre mirando al cielo y al horizonte. Para que el primero nos asista, y para que el segundo no nos escupa gente dispuesta a robarnos lo poco que nuestro esforzado trabajo nos da; la casa, la familia, la vida y aun el honor. Arado y Espada. Esto es España. Si es otra cosa será para empeorar. Como jauja. Y si vienen brujos para contarnos otra cosa lo harán para buscar su provecho en nuestros males.

Es natural que la más grande Nación de Occidente haya parido los más grandes traidores del orbe. No tenemos término medio: o Gloria, o infierno. “España y yo somos así, señora,” como magníficamente retrató Marquina en su obra “En Flandes se ha puesto el sol”. Sólo que el sol puede volver a asomar. Porque no existe la noche eterna.

Tenemos cien mil dramas más. Cien mil desempleados que se suman a los que ya había mientras el hedor a corrupción lo invade todo. Y si lo invade todo, es que todo está podrido. Estando corrompido, no valen medias tintas, se impone el bisturí. Se impone la decisión. No se curará a un enfermo de cáncer con aspirinas como no se curará nuestra Patria con comisiones, recursos, estudios, investigaciones, sumarios y demás cancaneos. Puede que sean necesarios buenos gestores, pero más precisos son los héroes. Buenos tiempos para la épica.

Si seguimos atendiendo a los cantos de sirena nada nos salvará. Una vez más habrá que apelar a nuestra grandeza: Genio e ingenio.

Honor y Patria, por la Refundación de España.

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