miércoles, 13 de enero de 2010

ANGELOS,

LA RELIJIÓN DE LA POLÍTICA

ARTÍCULO DE: Ciudadanos por la Constitución

Definitivamente, el Surrealismo se ha instalado entre nosotros. Lo que está muy bien como Arte puede ser una pesadilla en el mundo real. Este ha dejado de ser un compartimento estanco, impermeable a todo, para ser un cajón de sastre (y a menudo un desastre) donde todo cabe. Donde todo vale.

Los políticos se quejan, sobre todo los siniestros pero sin perder de vista a otros de la “colaboración”, de que la Iglesia se mete donde no la llaman cuando aborda cuestiones de “actualidad”. Según ellos, sólo deben hablar del sexo de los ángeles y del Misterio divino, que es Uno y Trino. En fin, detalles con los que no se moleste a sus manejos. Que censure aberraciones o denuncie el acoso que sufre la institución familiar ya sobrepasa sus funciones, a juicio de estos próceres que tan bien viven a costa de nuestros impuestos. Es lo de siempre: a pagar y a callar. Lo malo es que están precisamente para eso, para servir de guía, de referencia. La sociedad puede mutar, mudar y cambiar veces mil, pero ellos son el áncora que impedirá que nos perdamos. Salvo que se pierdan ellos también confundidos por el canto de sirenas nacionalistas, marxistas y/o “liberacionistas”. Algunos religiosos vascongados son buena prueba de ello. Seguramente en la época de Cristo hubieran “comprendido” la actitud de Caifás y sus razones para desear la crucifixión del Salvador. Y no habrían oficiado funerales por Él, por “comprender” a los zelotas o, directamente, participar de sus postulados. Si la política desplaza a la religión, en su lugar no habrá más que llanto y crujir de dientes.

Esto ya sucede. Es habitual en la infame clase política (sálvese el que pueda) de Jauja. Hay individuos que votan a favor de matar a fetos en el vientre de sus madres sin pestañear. Son progres, puede que algo “más”, también. Algunos se dicen católicos, hasta con amistades mitradas incluidas, lo que les faculta para hablar de lo que les parezca, humano o divino, sin el menor sentido del ridículo y entrando abiertamente en la herejía. Pero nadie les dice que se metan en sus “asuntos” porque los siniestros (ya saben, esa amalgama de masones, progres y felones) tienen patente de corso para sentar cátedra sobre todos los temas que se les antojen. Así que no deben sorprenderse por esto. Si es que no nos queremos enterar: la próxima vez que haya que elegir al Sucesor de San Pedro (que Dios quiera que sea dentro de muchos años) hay que pedir la venia a estos elementos para ver si otorgan el “plácet”, porque ser “muy de Derechas y contrario a posturas progresistas”, como matar niños nonatos e indefensos, nos incapacita para todo lo que no sea estar dormido o en circunstancias semejantes. Por cierto que algo así está la mayoría del rebaño. Aquí nunca pasa nada, y si pasa, ya se encargarán los medios de manipulación de silenciarlo.

Y rematan con lo del Amor, y patatín y patatán. Y lo de poner la otra mejilla. Siempre se agarran al mismo discurso pretencioso, sensiblero, con los tópicos acostumbrados y ya cansa su ignorancia. No me gusta tratar la Religión en estos “Comentarios”, pero a la vista de que no nos defienden (ni aún a ellos mismos) los que deberían, no me queda alternativa. Así que allá van unos argumentos: Jesús se vio obligado a expulsar a los mercaderes del Templo. Lo hizo por la fuerza, no usando flores y pajaritos. Fue Él quien afirmó que “no penséis que he venido a traer paz sino espada”. Y no señaló que teníamos que hacer después de poner la otra mejilla. Los melindrosos que se aparten. Han convertido la política en algo tan nauseabundo y desacreditado como el país; no satisfechos con esto, han puesto cerco a la Iglesia (que las ha visto de todos los colores después de dos milenios). Cuando la política es una religión, la auténtica Religión estorba porque no habrá más que la religión de la política. Los descreídos seremos proscritos o esclavos. Para defenderse, es mejor lo primero.

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