sábado, 9 de enero de 2010

ART. DE UN PORTUENSE,

NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE
ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros

Tengo que ver los errores que cometen otros con mis propios ojos, antes de hacer ningún juicio o crítica; y me gusta tener más pruebas que añadir a mis apreciaciones. En realidad no se trata de asunto importante, pero si no se hacen las correspondientes censuras a tiempo, ello degeneraría en motivos más serios.

Antiguamente los señores “encargados” de tal o cual asunto, inspeccionaban sus distintas parcelas (para las que fueron elegidos) con asiduidad y si algo no marchaba bien, por la parte que les convenía, llamaban la atención o sancionaban a sus subalternos hasta que los evidentes fallos se corregían. Yo no he esperado a que ese momento llegara; y sin mala intención, sólo llevado por el amor que siento por mi pueblo, a través de este medio, humilde y modestamente, suplico a los señores “encargados”, por ejemplo, de plazas y jardines, que no abandonen esa parcela que les corresponde cuidar. Y si es que no hay dinero, que lo digan públicamente. Que yo me entere y cuantos me siguen, para poder hacer los más justos juicios al respecto.

Según he escrito en varios Periódicos, tanto sobre las abundantes excelencias de Puerto de la Cruz, dolorosamente estoy viendo cierto retroceso en algunas áreas municipales y al mismo tiempo debo decir, que en nuestra ciudad, por otra parte, se trabaja con rigor a nivel urbanístico. Por doquiera hay obras de infraestructuras, se quiere hacer mucho más y de hecho se trabaja, pero debe ser que la masificación vecinal colapsa toda iniciativa o voluntad administrativa. La escasa colaboración ciudadana viene a complicar más aún el panorama… A veces he pensado, yéndome por otros derroteros, que cada cual hace lo que más le apetece, que muchos viven a su aire, queriendo ignorar las respectivas ordenanzas municipales.
Eso desmoraliza un tanto. Un ejemplo, con el perdón de aquellos que aman a los animales, que no será nunca más de lo que les quiero yo. ¿Cómo están las calles y aceras de excrementos de perros? Y los portales de las casas, las esquinas de la ciudad, las plazas públicas y jardines municipales. Cualquier saliente, donde los hubiera, a causa de las micciones –más claro: las meadas-, la estampa es deprimente ya no sólo de los perros, también vomitadas de los bebedores nocturnos; y sus excrementos y micciones, pues lo hacen en cualquier lugar sin respeto alguno hacia el resto de los ciudadanos. ¿Qué me dicen de los chicles en el pavimento?.. Y las pintadas en las paredes… ¡Cuántos hay que ya no respetan ni los semáforos! ¿Se han dado cuenta de la agresividad que existe en las calles y demás lugares públicos? ¿Estamos locos? ¡Qué lección para los niños y adolescentes que ya comienzan a crear serios problemas sociales! Existe un éxodo considerable de personas, culturas, modos y costumbres que están desbordándonos. Muy difícil lo vamos a tener si no hay remedio. Y, ¿qué me dicen de las “meadas” de los perros? Eso queda ahí, como cultivo ve bacterias nocivas para la salud, aparte del aspecto que imprimen de suciedad y abandono… ¿Las Plazas públicas están concebidas para que los animales de dos y de cuatro patas hagan sus necesidades fisiológicas?.. Pregunto, sólo pregunto. Supongo que para esparcimiento y disfrute de las personas no estarán pensadas. Claro, no hay vigilantes, como era antiguamente… Ni que fueran solares abandonados para toda clase de travesuras… Es de pena, por un lado unos señores pagados por nuestra Corporación cuidan esos jardines y luego detrás aparecen los inciviles destrozándolo todo y cuando no, dejando sus miserias desparramadas por el pavimento y entre las plantas. ¿Esto no se vigila? Con un poquito más de interés y autoridad se pueden corregir esos abusos lamentables, que no es oro todo lo que reluce.

Recuerdo, cuando yo aún era muchacho, los policías caminaban –no paseaban en coche- vigilando, que esa es su verdadera misión o al menos parte de ella, para evitar las acostumbradas travesuras que acaban dañando la imagen de nuestra ciudad. Y antes sólo era un pueblito y sólo había, lo más cinco policías municipales. A cualquier hora se les veía cruzar las esquinas de las calles, además, se daban a respetar. Cuando se publicaba una ordenanza municipal había que cumplirla sin chistar, de lo contrario, recuerden…

Si insisto con estos temas es porque, hasta hoy, los más despreocupados son quienes deben exigir se cumplan esas ordenanzas que duermen el largo sueños de la desidia. O no se han enterado de mis escritos o no quieren razonar respecto al tema. La calle está sinceramente abandonada o al menos esa es la sensación que uno vive, desde las diez de la noche no se ve uniformado alguno, así cada cual hace lo que le apetece, rompen, pintan, ensucian y molestan a los sufridos vecinos que hasta miedo sentimos de salir… Luego no podemos defendernos como quisiéramos para escarmentar a los osados, porque llevamos las de perder y los golfos siguen a su aire… ¿Qué más tengo que decir para despertar la conciencia del equipo consultivo? A buen entendedor…

Esperemos que el nuevo año, el 2.010, aparte de pagar más impuestos municipales, nuestros ediles se pongan las pilas.

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