lunes, 11 de enero de 2010

DESDE EL CORREDOR

LOS ÚLTIMOS TEIDES DE ORO

ARTÍCULO DE: Juan Del Castillo

Se encuentra en su ecuador la Semana de los Reyes Magos. En ella, quiero referirme al solemne acto de entrega de los Teides de Oro, edición de 2009, por la emisora decana Radio Club Tenerife -para mí, siempre unida a la creatividad de Paco Padrón-, que tuvo lugar el pasado diciembre. Distinción que tiene sus modalidades colectiva e individual. El escenario, salvo una desafortunada vez, es siempre el Palacio Insular y la copa en el vecino y flamante Real Casino de Tenerife. Para la sociedad santacrucera marca el comienzo oficial de la Navidad. Como en otro tiempo, también en el mismo escenario, era el cóctel de Cepsa. Abrió el acto el director de la emisora, Juan Carlos González Hernández, Xuáncar, siendo presentado y conducido, como de costumbre, por la veterana locutora Teresa Afonso. Tanto el Salón Noble como el vestíbulo y pasillos anejos presentaban un lleno hasta la bandera. Tras la intervención del cuarteto de cuerdas Antheus, cerró la función, con la lectura de unos folios, el presidente del Gobierno regional, Paulino Rivero.

El lunes de esta semana, por fin, se celebró el polémico pleno del Ayuntamiento capitalino sobre el PGO. El tema, sin entrar en detalles, es benéfico para Santa Cruz. Y ha sido objetivamente tratado en editorial e informaciones de estas páginas. No obstante, y teniendo un saldo positivo, se vendió mal. Acaso tenga que ver con la reciente y obligada ausencia del alcalde en Sevilla; donde tuvo un comportamiento de entrega y sacrificio, que certifica sus buenos sentimientos. Para mí lo bueno, aunque parezca frivolidad, es que Miguel dejó en el ropero los vaqueros y demás trapitos de la prestigiosa Bounty y nos sorprendió a todos, en la popular Mírame TV, con una inmaculada camisa y corbata conjuntada a rayas; y en suma, arropado por el arquitecto humanista Leopoldo Tabares de Nava. Ahora lo malo de la película -y no culpo a nadie, porque cuando el pueblo dice “basta” resulta impredecible adónde llega el caballo desbocado- es que Santa Cruz está partido en dos mundos irreconciliables: los que están a favor y los que están en contra, los del no y los del sí. Y por llamadas que recibo de la Península, esa es la imagen que ha llegado fuera. ¡Triste para una ciudad que, incluso durante la Guerra Civil, hizo gala de convivencia, liberalismo y tolerancia!

Volviendo a lo que estábamos, en nombre de Binter Canarias, la empresa homenajeada en la versión colectiva, agradeció el galardón, su presidente, Pedro Agustín del Castillo y Machado, un aristócrata con abuelos en la Isla Redonda y en la Isla Picuda, de la alcurnia del general Lorenzo Machado y del conde de la Vega Grande de Guadalupe. Pidiendo luz a la historia reciente, desde que Binter se inventó, en 1990 (es de capital canario desde 2002), no es válido el viejo refrán: “La isla aísla”. Con su flota de una docena de ATR 72-500, con nombres míticos en el Archipiélago -Azeró, Bentaiga, Teide-, silenciosos, de tecnología verde, ecoaviones inmejorables para rutas cortas, con más de 150 vuelos, surcan, diariamente, como gaviotas, el cielo de las islas.

Uno de los Teides de Oro, en su modalidad individual, recayó en Gilberto Alemán de Armas (La Laguna, abril de 1931), periodista de profesión prolijo, con medio centenar de libros y miles de artículos. Personaje polifacético, ha sido de todo, en el peor sentido de la palabra: escritor de fuste, autor y actor teatral, crítico musical, ecologista de invernadero, travesti político con la UPC (presa del poncio Mardones), emigrante forzoso a Venezuela, ex negro de la Casa de los Dragos, en fin, tacorontero de vocación tardía. Recuerdo que, en los ochenta, al prologarle el libro El canto del mirlo, escribí: “Sin personajes, como G.A., la isla sería insoportablemente aburrida y abría que empezar a pensar en mandarse a mudar”. En otras palabras, Alemán se ha pasado la vida, en Radio Club, desde que tenía 18 años -es el “Sautier Casaseca canario”- ; periodo parecido en el antiguo La Prensa; primer director de DIARIO DE AVISOS”; redactor-jefe de La Tarde, en su mejoría de la muerte. En suma, Premio Canarias de Medios de Comunicación 1998, en cuyo jurado tuve el honor de formar parte. Volviendo a la velada del Cabildo, Gilberto leyó unas divertidas cuartillas, según él, un ficticio programa de radio, en las que se refirió a sus primeros pasos en el mundillo de las linotipias: “Tras jurar fidelidad al glorioso Movimiento Nacional, ingresé en el periódico El Día, de redactor de segunda, porque no había de tercera”. Como minutos antes dijo Xuáncar, al evocar a Radio Club, como alumbrador de varias quintas de canarios con voces imborrables y magníficos profesionales, “gente, como G.A., cuya palabra es un puñetazo sobre la mesa”.

El otro Teide de Oro, con carácter extraordinario y a título póstumo, recayó en otro entrañable amigo, Jorge Martínez López (Santa Cruz de Tenerife, 1945-Madrid, 2008). Muy joven, casi un niño, comenzó de botones en Wagon Lits CooK, en la santacrucera calle del Pilar. Ya es director en 1978. Bajo su paternidad, junto con Pili Hidalgo, su encantadora esposa -también fallecida- y el estoico Isauro Rodríguez, nace su aventura vital, Viajes Archipiélago SL. Primero, en un mínimo local en la antigua Estación de Guaguas y luego, en la sede definitiva, en la céntrica calle de San José. Jorge inventó, en Tenerife, los viajes organizados, llegando a mover 450 personas en uno solo. Luego vendrían los viajes anuales de nuestras más arraigadas instituciones y eventos: Radio Club Tenerife, Club Deportivo Tenerife, Festival de Música de Canarias -más de veinte ediciones, hasta su muerte- y, sobre todo, pionero de las vacaciones de cruceros, de los que fue, en ventas con distintas compañías, líder indiscutible hasta su ida. Producto que conocía como nadie, que era su hobby, por el que, de alguna manera, pasará a la historia de los peñascos. Pronto le llegará, acaso presagio de una marcha prematura, la hora de los honores: Famoso de DIARIO DE AVISOS, Amable del Turismo y la Convivencia Ciudadana por el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Santa Cruz de Tenerife... Y, a título póstumo, presidente de honor de la Asociación de Agencias de Viajes y Timón de Oro de la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes. Regresando al Salón de Honor de la Corporación Insular, su hijo, y junto a su hermana Belén, continuador en la empresa, el competente doctor ingeniero industrial Yordi Martínez Hidalgo protagonizó uno de los momentos más electrizantes de la celebración. Visiblemente emocionado, dijo: “No descubro nada, ni interpreto su sentir, si expreso la enorme satisfacción que nuestro padre mostraría de estar, hoy, aquí”. Y continuó: “Asistió en calidad de invitado a cada una de las ediciones del Premio que se celebraron en vida y siempre estimó, que se acertaba de pleno a la hora de fijar a quienes merecían la máxima distinción de Radio Club Tenerife”.

La grata reunión se prolongó durante varias horas, en el Salón de Actos del Casino, regada con whisky de marca e ilustrada con rugientes canapés. Se notaba, entre los amenos corros optimismo, alegría, ganas de vivir, el mejor antídoto para la que está cayendo. Echabas un vistazo alrededor y allí estaba “el todo Tenerife”. Amigos que, tiempo ha, no veía: Salvador Dorta y María Dolores Pelayo, Conrado Brier y Mita, Víctor Duboy que lo era, y mucho, de Jorge. Y otros que me encuentro con frecuencia: Rodolfo Afonso y Nieves, Ramón González de Mesa, Raúl Musito, Nicolás Soriano -como yo, recordaría a Miguel Ángel Martínez, el hermano de Jorge-. Echamos de menos al decano de la saga: mi amigo Alfonso. Hablé largo y tendido con dos personajes: José Manuel Bermúdez y Rodolfo Núñez. Al igual que su jefe y maestro del Cabildo, para José todo el tiempo es poco para la cosa pública. Ahora, al alimón con mi amigo José Fernando Cabrera, lleva el difícil timón del turismo por los procelosos mares de la competencia y la crisis. En el sur, en el norte, en su despacho de la planta baja de la antigua Delegación de Hacienda, está siempre a la intemperie, como los callaos de su Valleseco natal. Con Rodolfo y José Luis Reina -vicepresidente y alto ejecutivo de Binter, respectivamente- paliqueamos un ratito, entre viajes a Escocia, de las compañías aéreas y los insaciables controlanada... Segundos antes, en un aparte, a escasa distancia, a otra emblemática emisora, Núñez declaró: “Seguiremos trabajando para cumplir nuestra misión, que no es otra que conseguir que Canarias tenga el mejor transporte aéreo del mundo”.

En suma, era la fiesta de Radio Club Tenerife, la emisora decana que celebraba su LVXXV cumpleaños. Todo un referente de la infancia de generaciones, entre otras la mía. Y los Teides de Oro celebraban su XVI edición. Pequeños de tamaño, pero inconmensurables de simbolismo, como el Echeide de los guanches, como el Monte Grande de Tenerife. Repasando, mentalmente, anteriores ediciones, son el mejor Cuadro de Honor de la isla: los profesores Antonio González y Antonio Rumeu, monseñor Elías Yanes, Marcos Guimerá, los doctores Pedro Luis Cobiella y Antonio Alarcó, en fin, la flamante centenaria María Rosa Alonso... En otras palabras, como recordaba Yordi, aquella noche, cuando nos puso la carne de gallina, un premio que además, incorpora el nombre del Teide, máxima expresión de una isla que Jorge amó con pasión. Conectando con el principio, si los Teides abrieron las Navidades, ayer se cerraron con la Pascua Militar. Un postrero Felices Pascuas. Sin resaca, oiga.

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