miércoles, 17 de febrero de 2010

TURISMO Y OTROS

DEBATE con trampa

ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano

Para desilusionarse hace falta sobre todo una cualidad. Ilusionarse. Este debate, suscitaba en muchos, esperanza e ilusión. Habían enviado un globo sonda en forma de Alta Instancia del Estado y estábamos esperando algo gordo, lo que fuese.

Total desilusión. No se ha hablado apenas de crisis, el Presi está en su discursito que no cesa, cual martillo pilón, con su axioma de que en 3 meses todo arreglado. No lo puede demostrar, no lo puede explicar ni lo intenta, y solo lo predice. Miedo me da que lo amañe más que lo arregle. Rajoy con las manos atadas. ¿Quién le va a apoyar en una supuesta moción? No One. Y para hacer el ridículo,-dice-, mejor espera a que esto se pudra y le caiga encima. Y él no le va a dar ideas, que el que gobierna es quien es, no el otro.

Algunos, los más ilusos, pensaron que ZP dimitiría o lo intentaría y no lo dejarían, en un alarde de ingenuidad para los que lo creían y de estupidez para quien ya, a estas alturas, no conozca a este azote, plaga o peste que nos va a sacrificar como generación sin el más mínimo remordimiento. Otros, más realistas pero igualmente bobos de baba, esperaban grandes soluciones o remedios, para estos grandísimos males. Despido libre, recorte brutal de impuestos, primas a sectores estratégicos y disminución de funcionarios, políticos, de empresas anexas al Gobierno, fin de subvenciones, fin de favoritismos, lucha sin tregua contra la corrupción, devolución de competencias de muchas comunidades por mal gestionadas. Supresión de ayuntamientos en agrupamientos a centenares y cambio de ley electoral para facilitar leyes, revitalizar la justicia y asegurar planes de pensiones, y coberturas sociales lógicas y escrupulosas.

Pues no. Se queda, reta a que lo echen, le importa una higa si esto se hunde y sobre todo quiere compartir el “Marrón”. No se lo quiere comer sólo. Es el único signo de generosidad que ha demostrado desde que lo eligieron, compartir marrones que él ha creado, o corregido y aumentado. Ninguna solución, ninguna esperanza. La agonía será terrible, la sangría insoportable, la tortura inhumana y la recuperación costará el doble. Pero ni lo ven, ni lo atisban, ni les interesa.

Sin embargo, seguro que se les ha pasado un detallito entre tanto Carnaval. A mí me ha dejado atónito y buscando donde exiliarme. ¿Pues no resulta que cobra tanta fuerza el rumor, confirmado por el Ministro de Trabajo de que D. José Blanco es el que tiene que dar la cara ya que “el es el futuro? Si D José Blanco (Me niego a llamarle Pepiño perfeto) es el futuro de España es que estamos acabados, sí señor.

A reflexionar

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