sábado, 20 de febrero de 2010

TURISMO Y OTROS,

XENOFOBIA Y ANARQUÍA
ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano

Este será un escrito de optimismo por resignación. Y quizás les sorprenda mis propuestas, todo es posible. Como todos saben, racismo es el desprecio de una raza por otra, y la Xenofobia es la exclusión por algo que el excluido no puede evitar. Habrá otras acepciones, pero esta puede valer.

Hasta ahora hemos- algunos pocos -, tratado de cambiar esto avisando de los horrores del inmovilismo ciudadano, universitario y fuerzas vivas ante el rodillo político que lo anega enfanga y pudre todo. Reconozco mi fracaso. No es absoluto, ya que gozo de la comprensión de muchos, y creo además que vamos creciendo, aunque sea por el descontento, lo cual no crean que me alegra que esta sea la razón.

Visto lo visto, tenemos un defecto gravísimo, político social, que no podemos evitar. Esta sociedad esta enquistada, los políticos azuzan estas diferencias con una variedad enorme de tretas y artimañas, nos entretienen con el Circo, nos dan algo de pan, y aquí estamos. Sería pues Xenófobo predicar contra algo endémico de esta sociedad que no se puede quitar de encima. Los soviéticos no se alzaron contra la gran Mentira, el muro cayó sólo. Los Cubanos, no pueden quitarse la joroba del Castrismo y este si no lo ha hecho ya morirá en la cama, y los Chinos están tratando de navegar en ambas agua porque tienen la nave muy grande. Los Teocráticos son otra cosa más complicada, es mochila, joroba y carga, demasiado para unos pocos decenios.

Tenemos que hilar con esta lana, tejer con esta rueca, cestear con estos mimbres y embarrarnos con estos lodos, es lo que hay, es lo que tenemos, es lo que queremos, es lo que votamos. O no. Pero el resultado es el mismo.

No crean, estoy tentado a apelar a la picaresca española, a la teoría del buscavidas, del vive lo que puedas, haz lo que quieras, e incluso vende lo que tienes dáselo a los pobres y hazte eremita, ermitaño o Hippie. Hasta montar una tuna, como las de antes con “estudiantes” de 50 años. O la Opción Anárquica, muy socorrida en otros tiempos. Sugerir sumergirse en la economía, defraudar, rebelarse contra el fisco, pasar de notificaciones, embargos, multas, tasas, impuestos. Pero no lo haré, dejaré que ustedes decidan entre esto, la inmigración o el aprisco.

Recuerdo a la FAI, la federación anarquista ibérica, que por creer que los socialistas y comunistas eran sus compañeros de viaje, se perdieron en la violencia que ejercieron y en la que luego perecieron, perdiendo toda la frescura del inicial discurso. O aquel POUM, partido obrero de unificación marxista, tan idealista él, pero tan inútil a las garras estalinistas, sus verdugos.

Tenemos un defecto, tenemos que vivir con él y hasta que la ciencia o grandes cirujanos no nos resuelvan el problema, agucen el ingenio, pasen desapercibidos, trapicheen lo que puedan y si nosotros, algunos no lo veremos, al menos nuestros hijos o nietos verán resolverse el problema. Desde Sumer, hasta Hitler, pasando por Egipto, Grecia, Roma, Turcomanos y Napoleón, todo pasa, hasta esta peste, se los garantizo.

A reflexionar.

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