sábado, 6 de febrero de 2010

VILLEROS ILUSTRES,

Fabiola Socas

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

Nació en Icod de los Vinos (Tenerife) el 21 de marzo de 1977. Comenzó a estudiar música a los tres años, ingresando posteriormente en el Conservatorio Superior de Música de Santa Cruz de Tenerife, donde concluye los estudios de Grado Medio de Piano, Grado Superior de Solfeo y Grado Superior de Composición. Estas enseñanzas académicas han tenido en su vida un fuerte complemento: los cantos transmitidos por tradición oral, primero por sus padres y abuelos, y luego por distintos maestros e informantes fundamentales de la música tradicional canaria. De ahí que la faceta por la que más se le conoce en las Islas sea precisamente la de cantadora.

Como cantante, ha abordado otros estilos musicales como el pop o el jazz, compartiendo escenario dentro y fuera de las Islas y a lo largo de más de dieciocho años con artistas tan diversos como Polo Ortí, Lucho Gatyca, Olga Guillot, Imma Serrano, Pedro Guerra, Luisa Machado o José Manuel Ramos. Ha colaborado en distintos espectáculos y en más de veinte proyectos discográficos, junto a artistas muy relevantes en el panorama musical canario: Mark Peters, Al-Farabi, Manuel MENA, Dacio Ferrera y Mestisay, entre otros.

En noviembre de 2002 y tras siete años de trabajo, se publica su primer disco en solitario Poemas, en el cual desempeña las funciones de interpretación, composición y producción musical de la obra. En este mismo año tiene lugar también la edición en CD de otra de sus composiciones: Mar de Ánimas. Esta obra fue compuesta por encargo del Cabildo Insular de Tenerife para su emisión en un programa de música contemporánea de Radio Clásica de Radio Nacional de España, Ars Sonora, dirigido por José Iges. Está basada en una tradición no muy difundida en las Islas: la de los Ranchos de Ánimas y Ranchos de Pascua, y fue compuesta dentro de la estética denominada paisaje sonoro.

Fabiola Socas ha encontrado en el folklore una fuente inagotable de inspiración. En el ámbito creativo, únicamente concibe su trabajo a partir de un conocimiento profundo de la cultura y la música tradicional de su tierra, por lo que se ha dedicado durante años a recopilar, transcribir y analizar las tonadas y cantos de sus mayores. En esta dirección ha realizado algunos proyectos como la recopilación y edición del libro Realidades y Fantasías, de la poeta icodense Carmen González Martín. Es también el caso de una investigación sobre el Rancho de ánimas de Arvejales (Teror, Gran canaria), y de la colaboración con la etnomusicóloga Carmen Nieves Luis García en el trabajo Tiempo de Juegos, Rezos y Entretenimientos, primera fase del proyecto La Música Tradicional de Icod de los Trigos.

Ha realizado la ilustración musical del primer libro de poemas de la escritora palmera Elsa López (reeditado en 2006 con motivo de las I Jornadas para el Estudio y Difusión de la Música Tradicional organizadas por el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC)): El Viento y Las Adelfas, junto al timplista Domingo Luis Rodríguez Oramas El Colorao y el guitarrista Juan Carlos Pérez Brito.

Fabiola, el 21 de abril del 2009, declaraba al periodista ERICK CANINO de La Opinión de Tenerife:

´OJALÁ EXISTIERA AQUÍ EL NIVEL CULTURAL DE LAS PALMAS´

"El recibimiento suele ser cálido en cualquier parte de Canarias, pero en Las Palmas siempre hay un aliciente extra; actuar allí nos da mucha alegría"

"Con el Leal se generaron unas expectativas muy buenas en los primeros meses de funcionamiento que ahora están decayendo"

Fabiola Socas ha sido una de las artistas canarias que ha tenido la oportunidad de subirse a las tablas del nuevo teatro Leal. En su opinión, La Laguna ha perdido una enorme oportunidad de progreso con motivo del reciente cambio en la gestión de la programación del recinto: "En estos meses he visto allí algunos de los mejores conciertos de mi vida"

Fabiola Socas reside en La Laguna desde marzo de 2008. Conoce de sus gentes y sus públicos, los quiere, les agradece, pero aún así añora el espíritu que emana una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria.
-Hablamos de La Laguna, de su supuesta condición de Capital Cultural de Canarias...

-Exacto, supuesta condición. Yo, como media lagunera que soy desde hace algún tiempo, y en mi condición de nostálgica y romántica, me gustaría que eso fuera así. Esa valoración como máximo exponente de la cultura en Canarias no se puede asegura al cien por cien, sobre todo cuando existen ejemplos como Las Palmas de Gran Canaria.
Como músico, puedo decir que cada vez que tenemos que actuar allí nos da mucha alegría. El recibimiento suele ser cálido en cualquier parte de Canarias, pero allí siempre hay un aliciente extra. Incluso en días en los que puede haber otros acontecimientos sociales importantes, ya sean aquellas concentraciones populares por las galas de Operación Triunfo, el hecho de ir a dar un concierto a Las Palmas era garantía de recibir apoyo masivo en el teatro. Eso para los músicos, sobre todo para los artistas canarios, es muy importante. Muchas veces ocurre que el público no acude a ver a los músicos locales porque siempre piensan que lo pueden ver otro día quizás en una fiesta de pueblo.
En la capital de Gran Canaria no ocurre tanto eso. Allí, al menos en mi caso, siempre existe garantía de gran recibimiento. Creo que cualquier músico siempre te dirá lo mismo. Volviendo a La Laguna, y centrándonos en este tiempo presente, sí puedo decir que la ciudad perdió a un gran baluarte de la cultura en la figura de Javier Jiménez en el teatro Leal, al que considero un hombre de gran sensibilidad y mucho conocimiento. Si los que contratan y hacen las programaciones son los propios responsables políticos, se pierde mucha presencia y calidad. Por eso creo que personas como Javier Jiménez son importantes. Él no sólo se preocupó de llevar al teatro una programación espectacular, sino que además siempre se interesó por los artistas hasta al mínimo detalle.

-¿Cómo valora los primeros meses de reapertura del Leal?

-Creo que durante los primeros meses se generó unas expectativas muy buenas que ahora se están viniendo abajo. En seis meses se logró dar un impulso tremendo al teatro, de calidad y con sorpresas todos los meses. Creo, además, que se estaba generando un movimiento de artistas canarios alrededor del Leal. Cosas como la grabación del disco de Andrés Molina me parecen excepcionales. Javier se preocupó de muchas cosas, entre otras, de que todos nos sintiéramos un poco como en casa en el teatro. Una de las apuestas importantes fue la venta de las entradas a cinco o diez euros. Se dio cabida a mucha gente joven como público.-Más allá del Leal, ¿qué ofrece La Laguna en el ámbito cultural?
-Lejos de los actos programados en las fiestas, que tampoco tiene que ver directamente con Cultura, pues parece que bien poco. Ahora estamos a la expectativa para ver qué va a ofrecer Julia Dorta. Supongo que su equipo de trabajo necesitará un tiempo para rearmarse. Sí hay que destacar las actividades que se generan en enclaves como el Ateneo de La Laguna, que son espacios privados que muchas veces se las ven y se las desean para sacar adelante sus programaciones.-Si estuviera de su mano, ¿qué haría?
-Lo primero recuperar a Javier Jiménez para el Leal. Quizás por la amistad que me une a él no sea la persona más objetiva para valorarlo, pero puedo presumir de haber participado en muchos conciertos y asistido a otros tantos y en los primeros meses de vida del Leal puedo decir que he visto condensado muchos de los mejores conciertos que he visto en mi vida. De todas maneras, al que tenga ahora que tomar las decisiones le deseo toda la suerte del mundo. -Hablamos mucho del Leal, ¿quizás por omisión estamos diciendo que no hay mucho más en La Laguna?

-Puede ser. Falta una organización, una programación más estable, diversa. Lo poco que hay responde principalmente a iniciativa privada.

-Por lo que decía antes, ¿Las Palmas de Gran Canaria ha quitado a La Laguna aquel protagonismo que sí tuvo en la década de los 80?

-No creo que se pueda decir que una ciudad quite protagonismo a otra, ahora bien, ojalá existiera aquí el nivel cultural de Las Palmas, por aquello del mestizaje, del enriquecimiento cultural, de la búsqueda. Cuando nos llaman para actuar allí vamos encantados porque al menos sabemos que la parte del público va a estar solucionada. Y lo digo desde una posición en la que no me puedo quejar para nada del público de La Laguna.

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