EL CARNAVAL Y LA CUARESMA: CADA COSA EN SU SITIO
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
Después del carnaval, la cuaresma ya está aquí, casi sin pensarlo. Serán momentos para la reflexión profunda, para rectificar errores personales, para el arrepentimiento, y para guardar aquellas viejas costumbres; el ayuno.
Otros las llaman las “fiesta de los curas”, lo que pasa que con la ausencia de las exhibiciones pirotecnias que son las que más llaman la atención, pero casi sin pensarlo, la cuaresma ya está aquí para quienes quieran hacer buen uso de ella.
Atrás han quedado las carnestolendas, o el carnaval para ser más exactos. La fiesta del maquillaje y el colorido y que tan buenos recursos aporta a tantos establecimientos, no sólo a los hoteleros, sino también a los comerciales, que en estos años de crisis nos viene como anillo al dedo. Lo extraño de todo esto es que metidos en la cuaresma, el carnaval lo siguen celebrando por algunos pueblos, y creo que cada cosa debe de quedar en su sitio.
Ni pizca de gracia tiene que en plena cuaresma la gente se disfrace y salga a la calle. El carnaval tiene su tiempo, y ya por norma, don carnal ha concluido. Otros se saltan el calendario y dan riendas sueltas a su propio carnaval. Ellos también tienen pleno derecho a la diversión y de paso a disfrutar de lo que antes estaba prohibido, pero si nos ajustamos a las costumbres, debemos poner cada cosa en su sitio y no salirnos de lo que deben ser nuestros deberes, dicho sea con todo mi respeto.
Después del carnaval, la cuaresma ya está aquí, casi sin pensarlo. Serán momentos para la reflexión profunda, para rectificar errores personales, para el arrepentimiento, y para guardar aquellas viejas costumbres; el ayuno.
Otros las llaman las “fiesta de los curas”, lo que pasa que con la ausencia de las exhibiciones pirotecnias que son las que más llaman la atención, pero casi sin pensarlo, la cuaresma ya está aquí para quienes quieran hacer buen uso de ella.
Atrás han quedado las carnestolendas, o el carnaval para ser más exactos. La fiesta del maquillaje y el colorido y que tan buenos recursos aporta a tantos establecimientos, no sólo a los hoteleros, sino también a los comerciales, que en estos años de crisis nos viene como anillo al dedo. Lo extraño de todo esto es que metidos en la cuaresma, el carnaval lo siguen celebrando por algunos pueblos, y creo que cada cosa debe de quedar en su sitio.
Ni pizca de gracia tiene que en plena cuaresma la gente se disfrace y salga a la calle. El carnaval tiene su tiempo, y ya por norma, don carnal ha concluido. Otros se saltan el calendario y dan riendas sueltas a su propio carnaval. Ellos también tienen pleno derecho a la diversión y de paso a disfrutar de lo que antes estaba prohibido, pero si nos ajustamos a las costumbres, debemos poner cada cosa en su sitio y no salirnos de lo que deben ser nuestros deberes, dicho sea con todo mi respeto.
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