martes, 9 de marzo de 2010

VILLEROS ILUSTRES,

A UN AMIGO SEGUIDOR DE TERTULIA VILLERA, TOMÁS ACOSTA ASCANIO

IN MEMORIAN

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

La hora de los sentimientos, cuando son tristes, construye frases que no alcanzan la magnitud de un poema, pero que tampoco cabe encasillar en el recurso fácil. Hoy domingo alegre y despejado preámbulo del día de la mujer, día de la muerte de un gran amigo, un seguidor, un contertulio, siempre atento a la información de los contertulios. Un amigo como consuelo exclamaban: «Chicho ya está sobre los ángeles». Era un modo de situar en algún lugar al amigo perdido homenajeando además su adiós cotidiano, su reencuentro en la vida, siempre con bromas, muchas bromas. Y es que en la mañana soleada después de tantas tormentas de esos fatales días, en su casa en el lugar conocido por la Sidrona, también en memoria de su trabajo en la oficina del Registro de la Propiedad, siempre al lado de mi otro gran amigo Paco Morales.

El día de su adiós definitivo, en La Villa de La Orotava, en su Villa, el lugar en el que se abrió y se cerró el ciclo de una vida absolutamente colmada en hechos y emociones. Tomás Acosta Ascanio, que conocíamos como Chicho Acosta era de los amigos que repetía ayer escribiste de esto, hoy de aquello, claro ahora Tertulia Villera se adorna con una corona de flores en tu memoria.

A todos sus familiares, en especial a su señora a sus hijos, con vosotros estamos hasta el ultimo momento…

Y para ti Chicho:

Zarparé, al alba, del Puerto,

hacia Palos de Moguer,

sobre una barca sin remos.

De noche, solo, ¡a la mar!

y con el viento y contigo!

Con tu barba negra tú,

yo barbilampiño.

RAFAEL ALBERTI, 1924

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