sábado, 11 de julio de 2009

TURISMO,

ASOCIACIÓN DE CONTRIBUYENTES

ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano

A muchos les sorprenderá saber que en los países más desarrollados existen poderosas “asociaciones de defensa de los contribuyentes”. Tal es el caso de Canadá, EE UU, Reino Unido, Alemania, Japón, Suiza, Suecia, Australia, Francia, Dinamarca, Finlandia, Italia y Portugal entre otros. Está claro entonces que estas Asociaciones no son un invento tercermundista para hacerse trampas al solitario o para quejarse amargamente de los impuestos.

Surgieron en países en donde rigen sistemas tributarios que se jactan de ser los más justos del mundo. En países en donde la forma en que se gasta lo recaudado no está continuamente bajo la sombra de la corrupción. Estas Asociaciones no solo “existen”, sino que gozan de muy buena salud, porque son el contrapeso necesario frente al poder cada vez más arrollador de los Fiscos del mundo.

¿Por qué los Fiscos son cada vez más poderosos?

La globalización que comienza a fines del siglo XX tiene como una de sus características el levantamiento de las barreras aduaneras. Por ello los gobiernos dejan de obtener recursos por los impuestos aduaneros a la entrada y salida de mercaderías. Ese agujero fue tapado con impuestos que se sacan directamente de los bolsillos de los ciudadanos de a pie.

De allí que los impuestos se complejizan y el Fisco se mete cada vez más en la vida de la gente. Por aquello de que la unión hace la fuerza, la gente se organiza y forma estas Asociaciones de contribuyentes con el fin de proteger sus derechos.

¿Qué hacen estas Asociaciones?

Ante todo controlan el gasto del Estado. Gradualmente los contribuyentes tomaron conciencia de que la cuenta de la cena estatal la pagan ellos. Por lo tanto se preocupan de controlar qué platos y qué vino ordena el Estado.

Así, la Taxpayer Alliance del Reino Unido tiene en su página de internet un contador minuto a minuto de la evolución del gasto de defensa, y de la cantidad de funcionarios públicos que tiene el Estado, etc.

Estas Asociaciones también se ocupan de la forma en que se cobran los impuestos. Investigan las quejas de los contribuyentes por el trato que reciben de los Inspectores. Dan asesoramiento gratuito de abogados y contadores a los contribuyentes menos pudientes. Miden la presión tributaria del Estado.

Entre los logros de estas organizaciones se cuenta el haber conseguido que se aprueben “cartas de derechos de los contribuyentes” y últimamente la designación de “Defensores de los contribuyentes” u ombudsman tributarios.

Lejos de considerar a estas Asociaciones como enemigas, los gobiernos serios las aceptan por ser un contrapeso sano frente al creciente poder del Fisco. En el Reino Unido, Francia y Australia los gobiernos consultan a las Asociaciones de contribuyentes previos a hacer reformas tributarias.

Estados Unidos otorga incluso beneficios fiscales a quienes realizan donaciones a las organizaciones de contribuyentes.

John F. Kennedy no ahorró elogios a la Tax Foundation americana al señalar que “debe ser fuente de orgullo para sus miembros, quienes merecen el agradecimiento de todos nuestros ciudadanos por su dedicación a una tarea que tanto contribuye al funcionamiento eficiente del sistema democrático Americano.”

¿Qué es una Carta de Derechos del Contribuyente?

Es un documento que compendia los derechos de los contribuyentes en un lenguaje claro y comprensible para el común de los ciudadanos.

Es muy importante que los contribuyentes conozcan sus derechos antes de ser inspeccionados. En Francia si los inspectores no le entregan al contribuyente la Carta de Derechos antes de empezar la inspección, todo lo actuado es nulo.

Actualmente la mayoría de los países cuenta con una Carta de Derechos del contribuyente. Así por ejemplo España, Francia, EEUU, Canadá, Australia, Reino Unido, Italia, México, etc. Casi ¾ partes de los países de la OCDE tienen una Carta de Derechos del Contribuyente.

¿Qué derechos se reconocen en una Carta?

Derecho a ser tratado con respeto. Derecho a que la inspección dure un plazo razonable de entre 6 meses y un año. Derecho a estar asesorado por un Contador o un Abogado durante la inspección. Derecho a que el contribuyente sea molestado lo menos posible por la inspección. Derecho a saber que se está siendo inspeccionado. Derecho a no tener que incurrir en costos innecesarios para darle la información que el Fisco le exige.

¿Qué es el ombudsman tributario?

Se trata de la última tendencia en materia de protección de los derechos del contribuyente. A semejanza del Defensor del Vecino, el Ombudsman INDEPENDIENTE o no gubernamental, protege a los contribuyentes.

El defensor del contribuyente recibe las denuncias de abusos que sufren los contribuyentes, hace denuncias públicas cuando se enfrenta a abusos graves, y propone reformas a las leyes fiscales.

En suma se dan hoy en día todas las condiciones para que nazca la primera Asociación de Contribuyentes. Pero no relacionada con el Estado, ni con el Gobierno, totalmente INDEPENDIENTE.

En primer lugar el IRPF despertó la conciencia de los que lo soportan sobre la importante contribución que sale de sus bolsillos para pagar la cena del Estado. No es lo mismo pagar impuestos ocultos en los consumos que ver en el recibo de sueldo cuánto se paga de IRPF.

En segundo lugar los impuestos aumentaron notoriamente. Así por ejemplo no pasó inadvertido el aumento de la Contribución Inmobiliaria en ciertas zonas.

Por último aumentaron las fricciones entre contribuyentes y Fisco.

Hay que evitar los impuestos Directos que no estén relacionados con rentas o ingresos. Hay que suprimir temporal o definitivamente los impuestos que graven las actividades económicas, como compra de viviendas o de locales de negocio. El ITP hay que eliminarlo o dejarlo al mínimo.

Hay que suprimir el impuesto sobre el incremento de valor de los activos temporalmente y más adelante estudiar muy bien su implantación equitativa. Lejos de los tipos actuales.

Hay que desalojar al impuesto sobre la matriculación de vehículos, y dejarlo a un nivel de al menos la tercera parte del que actualmente rige.

Hay que desestimar los “módulos” de los pequeños comerciante y autónomos, que no tengan retroceso automático en cuanto a la variación de la cifra de negocio.

Hay que terminar con los impuestos “a cuenta “sobre beneficios de años anteriores.

Hay que eliminar el criterio del “devengo” por irreal y por absurdo. Las facturas no sólo no se cobran siempre sino que a veces nunca, a veces parte, a veces en especie o trueque y a veces a larguísimo plazo, esa es la realidad no la utopía de la Administración.

Hay que establecer leyes fiscales corporativas diferenciadas de las que se aplican a pequeños empresarios. NO es lo mismo Telefónica, con medio millón de empleados que el tendero de la esquina con 2, y además que favorezcan a este último.

Hay que rebajar los impuestos de las gasolinas y los de las energías de cualquier tipo, con tendencia a la gratuidad.

Hay que rebajar los impuestos sobre el transporte de las mercancías, sobre todo en lugares periféricos o fragmentados.

Hay que rebajar los impuestos sobre el transporte de personas, con igual motivo que el apartado anterior.

Hay que revisar los impuestos de entrada de mercancías en lugares no conectados por carretera o fragmentados, así como los transbordos gratuitos o subvencionados.

Hay que tratar de suprimir todo impuesto que atente contra la producción, la actividad, o frene a los emprendedores.

Hay que proteger al contribuyente, respetarlo, ser escrupulosos con su dinero y enrolar donde se gasta con minuciosidad.

Hay que tratar de ahorrar en las instituciones públicas NO PRODUCTIVAS.

Hay que vigilar a quien se adjudican y los precios por los que se adjudican todas las partidas que salen de impuestos con profesionalidad pero con sentido de la frugalidad.

Todas las aportaciones que se sumen a estas serán bienvenidas y se estudiará su incorporación a los objetivos de la Asociación.

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