jueves, 9 de julio de 2009

UN PORTUENSE MÁS,

RECORDANDO LAS FIESTAS PATRONALES DEL PUERTO DE LA CRUZ DE LOS AÑOS 50.

ARTICULO DE: Agustín Armas Hernández

DOCE meses han transcurrido desde que dejamos interrumpidos, para propicia ocasión, aquellos articulitos relacionados con las fiestas patronales de! Puerto de la Cruz de los años 50.

El último vio la luz en !as páginas de este mismo rotativo EL DIA el 26-7-92 En él quedó constancia de la brillantez de los actos programados en las fiestas de! año 1952. También relatamos, en dos crónicas que le precedieron, lo más sobresaliente de los eventos y avatares que asumió el Puerto de la Cruz desde 1950 al 52. En lo cultural, deportivo, religioso, etc. Hoy, previa introducción, pasaremos a recordarles lo más notable de lo acaecido el año 1953, dentro de las fiestas patronales y fuera de ellas. Para lograr la máxima exactitud me asistiré como en la anterior ocasión, del folleto anunciador de las fiestas de julio del año citado.

¡Un año más!, dirán algunos; ¡un año menos!, exclamarán otros. Dependiendo, claro está, del signo de cada persona o del color del cristal con que se mire. Poniendo un símil: aquellos que ven la botella de vino, medio vacía, mientras que, muchos, la ven medio llena.

En el primer caso, en el de los años, algunas personas, cuando acontece algún hecho en su vida, sobre todo aquellos que le indican que pasa el tiempo, tales como: su onomástica Cumpleaños o simplemente que ha llegado otra vez la fiesta de su pueblo, etc., no se inmutan y sólo ven eso unos acontecimientos que ocurren, lo aceptan con filosofía socrática y lo celebran por todo lo alto.
No obstante existen otras personas que se toman estas efemérides con más pesimismo. Y donde tendría que haber fiesta y alegría sólo hay sufrimiento y tristeza. Se suelen exacerbar puesto que sólo piensan en que se les agota con rapidez el tiempo que se le concede en esta vida perecedera. En una palabra: que viven demasiado preocupado por falta de fe y esperanza en Dios. En aquel que por mediación de su unigénito Jesucristo nos prometiera una vida nueva en una tierra nueva. Tierra y vida imperecedera donde no tendremos, nunca más, sufrimientos ni amarguras.

En cuanto a la botella de vino: ni medio vacía ni medio llena pues no queremos remanentes sólo abundancia: botellas de buen tinto, sólo y con el único objeto de celebrar con familiares y amigos las fiestas patronales de nuestra Ciudad Turística (el Puerto de la Cruz).

Después de esta algo estrambótica introducción y esperando que mis posibles lectores sean benevolentes conmigo, introdúzcame en el tema que no es otro sino destapar de nuevo, para los portuenses y allegados, el baúl de los recuerdos. Que afluyan a nuestras mentes las gratas vivencias de aquellos años idos, es mi principal motivo. Podo tanto, seguir la línea de estos dos últimos años es el objeto fijado.'

El transcurrir de los días y el girar de las estaciones nos ha devuelto de nuevo el mes de julio.

Mes dentro del cual nuestra querida ciudad portuense se enaltece conmemorando sus fiestas patronales en honor del Señor del Gran Poder de Dios y de la Sima. Virgen del Carmen.

¿Qué portuense no se alegra llegada esta fecha? Sin lugar a dudas, todos. Por eso es que recordar de nuevo, para los nostálgicos ¬entre ellos me encuentro yo¬ aquellas gratas jornadas es un aliciente para el espíritu y sosiego para el alma. Entremos ya en el meollo de aquel 1953, veamos lo más importante de lo ocurrido:

INAUGURACIÓN DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS HISPÁNICOS.

En el citado año, un anclado y trascendental acontecimiento se consumaba en el Puerto de la Cruz. Ello fue nada más y nada menos que la inauguración del Instituto de Estudios Hispánicos. El feliz hecho ocurrió el 28 de marzo y se festejó con toda solemnidad, ya que el suceso así lo requería. En primer término se inauguraron las dos salas museos denominadas de Arqueología Canaria «Luís Diego Cuscoy» y de Arte Contemporáneo «Eduardo Westerdahl». El edificio donde se ubica el Instituto era de reciente construcción y en él se albergarían valiosos elementos históricos y arqueológicos además de numerosas obras de pintores y escultores que representaban la más viva actualidad de la creación artística. A esta colosal hazaña que se inauguraba asistieron además de gran cantidad de público las personalidades y autoridades siguientes: El director del Instituto de Cultura Hispánica señor Sánchez Bella; el jefe de intercambio cultural de este mismo organismo señor Bella Armada llegado expresamente de Madrid para estas inauguraciones. Intervinieron también en los actos que se celebraron con breves discursos los personajes que citaré a continuación; el presidente del Centro, señor González Padrón los escritores Cuscoy y Westerdahl el escultor Femmt, también invitado de honor y llegado a este efecto de la península y el escritor señor Rodríguez Doreste. Todo lo anteriormente dicho se aplaudió en los salones del Instituto que se inauguraba.

INAUGURACIÓN OFICIAL EN EL TEATRO TOPHAM

Más tarde, en el Teatro Topham, abarrotado de público, se celebró el acto oficial de inauguración del Instituto, presidido por las autoridades militares, civiles, universitarias, de información y otras junto a las que se hallaban asimismo participantes en la dirección del Instituto entre ellos su presidente Isidoro Luz Cárpenter. Comenzó la brillante sesión con la lectura de la memoria en que se incluía el proyecto de creación del Instituto y actas de sesiones celebradas. Efectuándola el secretario, señor Ruiz Álvarez. Ocuparía después la tribuna el señor Luz Cárpenter, quien tras expresar su gratitud por la asistencia al acto, leyó un interesante trabajo histórico acerca de la obra e influencia de los isleños en América, y su aportación para lograr la grandeza de aquel continente.

El acto terminó con una excelente intervención del señor Sánchez Bella, quien glosó de manera maestra el concepto de Hispanidad en su amplío contenido, aludiendo a la tarea que tendría que asumir el Instituto que se inauguraba, en el sentido de servir de nexo para mejor entendimiento con los pueblos de Hispano América y para la debida exaltación de las virtudes de la raza común. Todas las intervenciones señaladas fueron recibidas con ovaciones del auditorio, que con ellas probaba su afinidad con el nuevo Centro tinerfeño que sin duda alguna tendría, como así ha sido, el debido esplendor en las funciones que su texto fundacional reclamaba y que, para el bien de la espiritualidad de las Islas asumía un puesto relevante en la órbita de la cultura que a Tenerife compete.

2º CURSO PARA EXTRANJEROS

«Organizado por la Universidad de La Laguna. Celebrase en este Puerto de la Cruz» el 2º curso para extranjeros asistiendo a ellos unos ciento diez y seis alumnos de Francia, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Inglaterra, Suecia. Noruega. Finlandia. México, Italia. La duración del curso fue desde el 28 de febrero hasta el 28 de marzo, y estuvo a cargo de los siguientes profesores: Balbín y Lucas, de la Universidad Central; Palacio Atard de Valladolid; Garrin y Ortiz de Taranco, de la de Valencia; Navarro González, rector de la de La Laguna. En ella intervinieron además con conferencias, don Joaquín de Entrabas aguas, don Eugenio Montes, don Máximo Martín Aguado, don Evelio Verdera Tulles, don Juan Álvarez Delgado, don Manuel Gitrana González y don Elías Serra Rafols. Los cursillistas realizaron excursiones a La Laguna. Las Cañadas, Santa Cruz, lcod y Garachico. A los actos de apertura y clausura de estos cursos celebrados en el Hotel Martínez, asistieron las primeras autoridades militares civiles y académicas de la Provincia. El curso fue patrocinado por el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, Cabildo Insular de Tenerife, Relaciones Culturales y Consejo Superior de Investigaciones Científicas

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