EL PUERTO DE LA CRUZ EN SUS FIESTAS DE JULIO
ARTÍCULO DE: Agustín Armas Hernández
GIRANDO las estaciones y transcurriendo los días, de nuevo hemos llegado a las jubilosas fiestas de nuestra ciudad turística. El calor llega a su máximo, y los corazones se expanden en paz y alegría.
ARTÍCULO DE: Agustín Armas Hernández
GIRANDO las estaciones y transcurriendo los días, de nuevo hemos llegado a las jubilosas fiestas de nuestra ciudad turística. El calor llega a su máximo, y los corazones se expanden en paz y alegría.
Nuestros pueblos tinerfeños están muy lejos de la antigüedad que arrastran los peninsulares, pero ya tienen algunos sus siglos de historia. Recordemos brevemente algunos acontecimientos y fechas, que no todos retienen en su memoria.
El 3 de mayo de 1494 (dos después del descubrimiento del Nuevo Mundo) desembarcaba Fernández de Lugo con sus guerreros de Castilla, en la costa donde se asentaría más tarde Santa Cruz de Tenerife. La conquista no fue fácil y duró tres años con algunos meses. En el 1495, en el lugar de la actual «La Matanza», sufrieron una gran derrota las huestes castellanas a manos de los bravos guanches. Llegados nuevos refuerzos a los conquistadores, consiguieron éstos en 1496 la gran victoria, en el lugar que después sería un pueblo con ese mismo nombre.
Penetró Fernández de Lugo en el hermoso Valle de la Orotava y se rindieron los guanches en lo que ahora llamamos el Realejo alto, mientras el bravo Mencey Ventor, hijo de Bencomo, se desriscaba por el Tigaiga. Se nos ha transmitido que el conquistador bajó a la costa, y plantó la Cruz en este lugar, que ya, de alguna manera, comenzó a ser «El Puerto de la Cruz».
Mientras tanto, fundó en ese mismo año de 1496 la capital de la isla, o sea, «San Cristóbal de La Laguna», junto a la Laguna de Agüere, y al año siguiente se apaciguó totalmente la isla, rematándose la conquista de la más grande y más difícil de todas las siete.
En 1506, se fundó La Orotava, el segundo pueblo de Tenerife, y paulatinamente se fue formando un caceó en el solar del futuro Puerto de la Cruz. Notemos que fun: iaban las poblaciones lejos de la costa, por miedo a posibles incursiones, que en adelante fueron cada vez más frecuentes y peligrosas. Tenía que pasar mucho tiempo para que nuestra ciudad turística tuviera su propia identidad.
En 1603, Antonio Franchi de Luzardo, regidor perpetuo de Tenerife, fue comisionado por el Cabildo para señalar sitio, y construir plaza e iglesia parroquial, con el trazado de calles en esta localidad.
No habiendo por aquel tiempo los ayuntamientos, el pueblo dependió directamente de los regidores de La Laguna. Desde el 20 de noviembre de 1648 comenzó a depender de la Villa de la Orotava. Esto según entiendo, no quiere decir que el Puerto fuera de la Orotava sino que al fusionarse ambos, ya no eran dos sino uno. Téngase en cuenta siguieron regidos desde la ciudad de Agüere (cuna de la princesa Dácil). A partir del momento de esa integración los habitantes del Puerto de la Cruz, que no estaban de acuerdo con dicha medida, hicieron todo lo posible para lograr obtener -de inmediato- su: independencia. A partir de esta" situación, nacieron antagonismos entre los vecinos de ambos pueblos, hasta tal punto que, llegaron en varias ocasiones a enfrentarse dialéctica y corporalmente en los linderos jurisdiccionales de sus respectivos territorios. Estas luchas reivindicativas portuenses duraron varios años. Los suficientes como para que no se sepa la fecha exacta en que el Puerto se independizó de la Villa, quedando por lo tanto el hecho algo confuso.
Más, ¿desde cuándo al Puerto de la Cruz se le conoce con el actual nombre? ¿Por qué se le llamó también Puerto de Orotava?
Aporto aquí mi granito de arena, como conjetura, tratando de aclarar el porqué de los dos nombres.
El Puerto lleva el nombre de la Cruz desde el preciso momento en que el conquistador de la isla Fernández de Lugo clavó el Santo Madero en los aledaños del actual muelle pesquero. Perpetuando para siempre dicho nombre.
Pasó a ser también conocido Puerto de Orotava a raíz de la integración en 1648 a la Villa. Ratificándolo como Puerto de este valle de Orotava el galardón que en esta misma fecha se le concedió: Fue denominado «llave de la isla» por real cédula otorgada por S.M. el rey Felipe IV el 14 de noviembre de 1648.
La distinción tuvo positiva repercusión puesto que, desde lo acontecido, el Puerto de Orotava dio un salto cuantitativo y cualitativo. Se empezó a conocer no solamente el Puerto sino también el valle, y toda la isla, y se extendió por todo el mundo la fama de su belleza y la Benignidad de su clima.
El muelle comercial del valle de Taoro fue en auge sin parar, y llegó a ser en los siglos XVII y XVIII el más importante de la isla e incluso de todo el archipiélago. Siendo el Puerto de Orotava punto obligado de actitudes portuarias y centro de unión comercial entre Europa y América, e incluso 'también con otros continentes. El 2 de mayo de 1651 fue nombrado alcalde pedáneo del Puerto de la Cruz el maestre de campo D. Laureano...Xuárez de Aponte y Lugo». El Puerto, ya, con identidad propia. (Desde 1603 tenía plaza e iglesia); sus límites jurisdiccionales eran los siguientes: desde el barranco San Felipe al de Martiánez, y desde el mar hasta Malpaís del Taoro. Como se puede apreciar, era un pueblo pequeño pero con raíces muy profundas, que llegaría a dar mucho fruto.
El Puerto conoció su primera calle pavimentada (concretamente la de las Cabezas) en 1713, siendo ya alcalde don Nicolás Blanco, de origen irlandés, desde 1772 (primer alcalde efectivo). A partir del siglo pretérito, Santa Cruz le fue arrebatando, paulatinamente, el liderazgo comercial al pequeño muelle portuense, debido principalmente a la bonanza de su mar y a los medios modernos de transporte, que unidos a las mejoras en las carreteras asfaltadas, hacían que las mercancías pasaran directamente de los camiones al barco. Cosa que no se podía hacer en el reducido muelle portuense. Teniendo que transportarse a través de grandes lanchones a los barcos en las afueras anclados.
El Puerto de la Cruz, cosmopolita y políglota, vio como dije, menguado su esplendor, mas no perdió a sus ciudadanos comerciantes, que ya estaban arraigados en sus entrañas. Me estoy refiriendo no solamente a los nativos, sino también a los de adopción, o aquellos irlandeses o ingleses de familias nobles que por motivos varios, entre ellos los políticos, tuvieron que dejar su tierra y establecerse aquí.
Aunque algunas de estas prestigiosas firmas, con el declive comercial del Puerto de la Cruz tuvieron que ubicarse en la capital (Santa Cruz).
Pero, el Puerto de Orotava que pausadamente fue perdiendo este nombre para quedarse con el «de la Cruz», no podía perecer.
Si no, véanlo ustedes, el escudo portuense lo componen los siguientes signos: El dragón de las Hespérides, que defiende con sus garras la manzana de oro, producida en este trozo de tierra. La llave, divisa de entrada a la isla. La Cruz de la cual toma su nombre y protección. Todo ello enmarcado por dos grandes rocas que semejantes a columnas simula sostener la bóveda celeste; al fondo el mar Atlántico, que lo baña y bordeando la divisa como aura divina que lo cubre todo, esta histórica frase: «con esta señal vencerás», aludiendo, naturalmente, a la Cruz. Es la frase que el año 312, junto a la Cruz, leyó en su «visión» el Emperador Constantino. Aceptemos la Cruz los portuenses; esto es: cumplamos nuestros deberes cívicos y religiosos, si queremos que Dios siga protegiendo a nuestra próspera, aunque pequeña, ciudad.
Les deseo que este artículo, sea del gusto de todos, que sean Uds. muy felices, los veremos en una próxima cita aquí, en este PERIÓDIO DIGITA DEL VALLE "LA VERA PASO A PASO".
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