lunes, 13 de julio de 2009

UN PORTUENSE MÁS,

EFECTUADOS LOS PRIMEROS ABORTOS LEGALES EN ESPAÑA

ARTÍCULO DE: Agustín Armas Hernández,

Uno se queda perplejo, inclu­so sin respiración y con el cora­zón herido al leer en portada y en grandes titulares, en el pe­riódico EL DIA, con fecha 10-8­1:15 que en España se ha practi­cado por primera vez, legal­mente el aborto a dos señoras, ¿o señoritas?, de 21 y 22 años, una can el 25 por ciento de po­sibilidades de que su hijo nacie­ra con el síndrome de West, y yo me pregunto: ¿No había el 75 por ciento de posibilidades de que su hijo naciese salta?

El otro caso, según creo entender, es por motivo de la sa­lud de la intervenida. Este ries­go naturalmente es posible. Y yo vuelvo a preguntarme: ¿Si hubiera un 75 por ciento de posibilidades de salvar a ambas madres e hijos, lo sería esto maravilloso tanto para docto­res y madres de las criaturas?

Pero para mí está muy claro que tanto doctores como inter­venidas optaron por lo más có­modo y menos arriesgado: eje­cutar la intervención. ¿Por qué ocultar sus nombres, tanto las intervenidas como los docto­res?

Esto no cabe duda que debe entristecer a las personas sen­sibles de corazón. No solamen­te han interrumpido la vida de un ser humano, vivo, sino que han sido planeados y ejecutados en un hospital que lleva el nombre de la Virgen Santísima, Madre de Dios y de todos los hombres; niños, grandes, sanos y enfermos buenos y no tan buenos.

Y sigo interrogando ¿qué he­mos logrado con esto? ¿Que ya somos europeos? Y que estamos a la altura de los mismos. Qué ingenuos, qué poco esperan de la vida; buscamos lo más có­modo como pacifistas y sin dar­se cuenca que esta vida es un transito puro reflejo de la vida venidera, perfecta y sin mal­dad de ninguna clase.

Muchos me saldrán al paso sobre esta crítica sobre este acontecimiento, teniendo en cuenta que muchas personas, por diferentes motivos, se han visto comprometidas a llevar a cabo el aborto, hasta ahora ile­gal en España. A ellas les digo que estamos en democracia y cada uno puede expresar sus pensamientos. Yo respetaría los suyos, pues siempre hay lugar para el arrepentimiento y la re­flexión.

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