miércoles, 5 de agosto de 2009

TAORO,

PATALETA SOCIALISTA ANTE LA SOMBRA DE LA MOCIÓN DE CENSURA EN PUERTO DE LA CRUZ

ARTÍCULO DE: Sacramento Domínguez

Lola Padrón consigue aglutinar alrededor de 600 personas, según fuentes de la policía municipal, venidas de los comités del PSC-PSOE de toda la isla y poco menos de medio centenar de la propia ciudad, en una manifestación organizada por no se sabe quién mediante megafonía, panfletos y SMS, en contra de la moción de censura que planea sobre el actual grupo de gobierno socialista en el Puerto de la Cruz, como si de un delito se tratara.

La moción de censura a un alcalde es un derecho que se recoge y estipula según la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, artículo 197, del Régimen Electoral General y que todos los españoles estamos avocados a respetar y obedecer, más aún los políticos de un gobierno presumiblemente democrático y socialista como es el del Puerto de la Cruz.

Pero el Síndrome de Hubris parece haberse apoderado de las huestes socialistas, encabezadas por Dolores Padrón, que con su arrogancia y orgullo ha confiado de forma exagerada en sí misma y en los más allegados de su grupo de gobierno, despreciando por consiguiente los consejos del resto de la ciudadanía e incluso de sus compañeros de partido del municipio con más experiencia y probablemente diferentes puntos de vista, alejándose progresivamente de la realidad de su pueblo. Nunca quiso escuchar las recomendaciones de personas que habían apostado por ella, que intentaban que se acercara al día a día del municipio y sus necesidades. Se limitó a engrandecerse y a llenar su programa político de magnos proyectos que no se han llevado a cabo, como ‘la ciudad deportiva’ o el ‘2020’. Los pequeños proyectos también cuentan. Las obras y proyectos que se realizan no son un mérito del político de turno, son una obligación para con los ciudadanos que les ha votado confiando en ellos.

Durante sus dos años de gobierno municipal, la Señora Padrón, no ha sido capaz de asumir su responsabilidad como dirigente, achacando todos los desaguisados a los grupos en la oposición o a anteriores mandatarios políticos.

Las presiones y la responsabilidad que conlleva el poder terminan por afectar y, pleno tras pleno, se ha ido desgastando su fuerza llegando a ofrecerse una imagen de decadencia y desgobierno dentro del consistorio portuense.

El primer error grave fue formar una plancha electoral con gente sin experiencia en la vida laboral o política.

Tuvo un mal andar político al llevar a cabo un pacto contra natura con el Partido Popular, grupo liderado por otra mujer, con la que al final terminó enfrentándose. Además del brutal trasiego de funcionarios dentro del ayuntamiento, más por desconfianza que por su ineficacia laboral; el despido, cuanto menos “sospechoso”, del director del Lago y la impunidad frente a una actuación, presuntamente delictiva, de un miembro del partido relacionado con el Lago.

Otra equivocación ha sido pretender que creyéramos que con su sueldo se pagarían los libros de los escolares del municipio, (insulto a la inteligencia de los ciudadanos) cuando difícilmente se puede pagar algo con un sueldo que no se recibe. Diferente hubiera sido si los hubiera pagado de sus emolumentos como Parlamentaria del Gobierno de Canarias.

Su dedicación al Parlamento de Canarias le ha restado, a lo largo de su mandato, la atención debida a los ciudadanos y al municipio que representa, dejando demasiadas veces en manos de compañeros de partido situaciones que debía haber resuelto personalmente.

Solamente con que hubiera tenido un poco más de ‘mano izquierda’, nunca mejor dicho, hubiera impedido el enquistamiento de problemas sociales, como son los conflictos con la ONG “La Mesa” y la Cofradía de Pescadores, que la han acercado aún más a esta situación.

Ha llegado el momento en el que, quienes lideran, han dejado de escuchar lo que su pueblo les reclama, se han vuelto prepotentes y toman decisiones por su cuenta, sin consultar a la ciudadanía como no sea a los de su propio partido, porque piensan que sus ideas son las únicas correctas. Por eso, nunca reconocerán sus equivocaciones recreándose siempre en su buen hacer. No vale decir ahora: “Nos equivocamos porque trabajamos.”

El grupo de gobierno está nervioso y exasperado ante la incertidumbre de la moción de censura y prueba de ello es este acto desesperado por mantener el poder.

Los árboles no le han dejado ver el bosque, Señora Padrón. Y la presumible moción de censura, todavía está por ver.

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