miércoles, 28 de octubre de 2009

ANGELOS,

DE LA NACIÓN-ESTADO AL ESTADO-RAPIÑA

ARTÍCULO DE: Ciudadanos por la Constitución

Es paradójico que las naciones-estado más antiguas, las de Occidente, estén inmersas en un proceso de descomposición social y nacional que amenace su viabilidad a medio plazo, mientras que su voracidad fiscal aumenta sin cesar para alimentar un aparato burocrático tan gigantesco como inoperante. Y dentro de esa paradoja aberrante que perjudica al ciudadano, existe un paradigma, que es jauja (antaño España).

Los progres suelen decir que los servicios que presta el estado son más eficientes y gratuitos. Mentira. El estado no es más eficiente que la empresa privada porque no tiene porqué preocuparse por optimizar sus recursos: siempre tendrá más “madera” que echar al fuego ya que considera que los frutos de sus exacciones son casi ilimitados, como si los contribuyentes fuéramos una suerte de nueva gallina de los huevos de oro. Y no son gratuitos, sino muy onerosos. Esto quiere decir que a una familia de cuatro miembros (padre, madre y dos hijos), las distintas administraciones le cuestan más que sus ingresos totales. Una ruina. Con unas “políticas sociales” que causarían hilaridad a un alemán, por poner un ejemplo “de nuestro entorno”.

Vuelvo a insistir en que sufragamos el sostenimiento de tres administraciones (central, autonómica y municipal) claramente definidas y dos más (la red de diputaciones y la de Bruselas) que son fantasmales pero a las que hay que allegar recursos igualmente: no es de extrañar que el norteamericano medio, podría ser de Montana, considere que somos ricos a tenor de los excesos estatales que permitimos sin rechistar, si tuviéramos las carteras exangües seguro que protestaríamos, pero como atamos a los perros con longaniza, pues eso, que nada. De nada.

Y como no pasa nada de nada, los políticos se ponen a la tarea de que si hay crisis, que no les afecte a ellos. Nosotros vivimos por encima de nuestras posibilidades, como ha llegado a decir bobaliconamente alguno, pero ellos no. Si escasea su liquidez, a recaudar más y se acabó, pero eso de apretarse el cinturón es para los mortales, no para los “elegidos”. Así incluso pueden disponer de líneas de financiación impensables para empresas y autónomos, seguramente porque somos los culpables de esta crisis económica, por nuestra codicia pecaminosa y deseos de que prosperen nuestras familias. Si es que somos insaciables. Aparte de vivir, que eso ya es un exceso en estos tiempos en los que se mata a bebés en el útero de sus madres.

Si un estado auspicia eso, que no hará con los que ya hemos nacido. Nos sablean para que ciertos funcionarios (como en el caso “Faisán”, por ilustrarlo) otorguen prioridad a los intereses de un partido político, de seguro superfluo y de siniestra trayectoria en la historia de España; antes que la seguridad de los que les pagamos sus emolumentos. Y ese estado lo consiente implícitamente porque, al día de hoy, no se atreve a tomar medidas contra ellos.
Dejen de pagar impuestos, verán qué medidas toman contra ustedes...

No hay comentarios: