sábado, 30 de enero de 2010

ARCHIPIÉLAGO GULAG,

TABLETO

ARTÍCULO DE: Lorenzo de Ara Rodríguez

Hace algunos años, Katherine Neville me invitó a jugar al ajedrez. Lo pasé bien. El deporte-ciencia me entretiene. Juego mal. Muy mal. Prefiero leer acerca de su historia, recrearme con las grandes partidas, disfrutar con algo de la biografía de los inmortales maestros.

Catherine me hizo jugar en un tablero maldito. La idea me aterraba. Había que jugar apostando algo muy importante. ¿La vida? Casi. Por un momento me creí Carlomagno. Ilusión. Tampoco podía ser el soldado Garin. Bueno, al final, como siempre, me sentí cómodo siendo un peón anónimo. Vulgar.

Y son los peones los que hacen falta en la política portuense. Peones de verdad. Sobran las torres, los caballos, los alfiles y las reinas. Sobra hasta el rey. Los reyes que, tras perder el poder, siguen molestando y ensuciando.

La política local es un lodazal. La desmembración de las ideas hace imposible el uso de la decencia. Sobreviven los mentecatos, los fulleros, las almas en pena y las momias. Faraones sin presupuesto.

¿Usted ve peones? En apariencia, cuando es menester convencer y engañar, los peones virtuales cobran vida. Pero a las pocas horas dejan de existir. Ya no son peones. Se ha reencarnado en monstruos de leyenda. Y en el Puerto de la Cruz los monstruos y los demonios existen. Todavía se arrastran. Serpentean. Vociferan. La política, condenada a sufrir la parálisis generacional, es el caldo de cultivo de unos seres amorfos.

Ignacio Camacho nos susurra, “El político contemporáneo detesta el compromiso porque lo retrata ante la opinión pública”. Prefiere el discurso, la palabra baladí.

Lo que me gusta del ajedrez en su silencio, la laboriosa ausencia de palabras. Las manos hablan, los ojos hablan. La boca permanece cerrada.

¿Eso es posible en mi ciudad? ¿Es posible que tal milagro se edifique en mi pueblo? Soy pesimista. Mientras los peones no cumplan por lo menos una función digna, los atropellados monarcas seguirán conduciéndonos al abismo.

Kaspárov insufló aire limpio. Káspov se oponía a abrir las ventanas. Aire viciado. El primero, después de una disputa, creo la Professional Chess Association.
¿Quién da el primer paso en la política portuense? ¿Quién se atreve a decir basta? ¿Quién abrirá las ventanas? ¿Quién dejará entrar aire limpio? ¿Quién dará dignidad a los peones? ¿Quién sacrificará a la reina?

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