jueves, 21 de enero de 2010

VILLEROS ILUSTRES,

SEMINARIO OROTAVA DE HISTORIA DE LA CIENCIA, LAS PRIMERAS EXPEDICIONES ASTRONÓMICAS (1856-1959)

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu


En su año XIX el Seminario Orotava de Historia de la Ciencia revisa desde el último tercio del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. En 1869 publicaba el investigador ruso Dimitri Mendeleiev sus Elementos de Química, que contiene la formulación de la tabla periódica de los elementos, que tan destacado papel jugaría en el porvenir de esa ciencia. Por esos años inicia su carrera el físico austriaco Ludwig Boltzmann, cuyos trabajos sobre Mecánica Estadística le permitirán formular la teoría cinética de los gases. En esa misma época, el polémico triunfo de las ideas de Darwin y la repercusión tardía que alcanzarán los trabajos de Gregor Mendel, anuncian la creciente importancia de las ciencias biológicas, que se concretará en el cambio de siglo en el desarrollo de la teoría sintética de la evolución y de la teoría cromosómica. En 1910, integrado en una expedición alemana, llega a Tenerife el astrónomo francés Jean Mascart para observar el paso del cometa Halley, que recomendará la creación de un observatorio astronómico internacional en Las Cañadas del Teide.

El éxito del programa de matematización de las ciencias naturales sustentará, desde finales del XIX, la pretensión de exportar el método cuantificador y deductivo a ciertas disciplinas que buscaban el marchamo de cientificidad, como la Psicología y la Sociología, etiquetadas finalmente como ciencias sociales. Algunas de ellas, como la Lingüística, buscarán sus fundamentos en otros métodos, como es el caso paradigmático del estructuralismo del suizo Ferdinand de Saussure. Tampoco las ciencias formales escaparán a crisis e innovaciones; en 1930, la publicación del teorema de Gödel arruinaba el programa formalista de Hilbert para las Matemáticas, planteando nuevos desafíos a la lógica formal.

Edmund Husserl y John Dewey, nacidos en 1859 y cuya extensa obra marcará la primera mitad del siglo XX, seguirán trayectorias opuestas. El filósofo alemán avanzará desde un psicologismo inicial aplicado a las matemáticas hasta un idealismo fenomenológico centrado en las formas puras de la conciencia. Por el contrario, el pedagogo estadounidense partirá de un idealismo de raíz kantianohegeliana para desarrollar, gracias a su trabajo en pro de unapedagogía democrática y progresista, un pragmatismo fundado en la experiencia.

LAS PRIMERAS EXPEDICIONES ASTRONÓMICAS (1856-1959)
PIAZZI SMYTH, 1856

En el año 1856, el astrónomo británico Charles Piazzi Smyth vino a las Islas Canarias para demostrar la teoría de Newton de que los sitios de gran altitud ofrecían claras ventajas para la observación astronómica. Corroboró dicha teoría tras realizar observaciones en Tenerife a distintos niveles, desde el mar hasta la montaña de Guajara (2.717 m) y Altavista (3.250 m), junto al pico del Teide.

JEAN MASCART, 1910

En este año, el astrónomo francés Jean Mascart viajó a Canarias para ver el paso del cometa Halley. Mascart quedó tan satisfecho de las condiciones para la observación astronómica que ofrecían las cumbres de Tenerife que propuso la creación de un observatorio internacional en la Montaña de Guajara.

ECLIPSE DE SOL, 1959

Numerosos astrónomos de todo el mundo visitaron las Islas para observar un eclipse de Sol. Vuelve entonces a despertarse el interés por la instalación de un observatorio permanente. Científicos del CSIC y de la Universidad de Madrid impulsan la idea en España y se inicia el estudio de las condiciones astronómicas de la zona de Izaña. Es en este año cuando se crea oficialmente el Observatorio del Teide, que pasa a depender del rectorado de la Universidad de La Laguna.

DÉCADA DE LOS SESENTA

Es la década de la prospección astronómica española; se prueban las excelentes condiciones que tienen las cumbres de las Islas Canarias para la observación astronómica moderna.

La actividad científica comenzaría a partir de 1964 con la instalación de un telescopio procedente de la Universidad de Burdeos. Se crea el primer grupo de investigación de astrofísica en España y empiezan a publicarse tesis doctorales, artículos y comunicaciones.

DÉCADA DE LOS SETENTA
En 1970 se produce la primera inauguración del Observatorio del Teide. Cinco años más tarde se crearía el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Tras negociar con varias instituciones científicas europeas, se firman los Acuerdos de Cooperación en Astrofísica, por los que se regula la explotación del cielo de Canarias y se abren sus observatorios a los telescopios más avanzados. Desde 1979, la internacionalización de los observatorios canarios es una realidad.

DÉCADA DE LOS OCHENTA

Este periodo supuso la consolidación administrativa del IAC y de sus observatorios internacionales. Desde 1982, el IAC se convierte en un centro autónomo y con personalidad jurídica propia.

El asentamiento de nuevas instituciones científicas procedentes de todo el mundo continúa y en 1985 tiene lugar una inauguración oficial con una nutrida representación de la realeza europea, primeros ministros y científicos.

En 1988 se promulga la "Ley de protección de la calidad astronómica de los observatorios del IAC", que convierte las cumbre de Tenerife y La Palma en una reserva astronómica mundial.
Paralelamente a su consolidación, el IAC comienza a desarrollar una intensa labor científica y divulgativa.

DÉCADA DE LOS NOVENTA
El IAC apuntala durante estos años su creciente prestigio científico. Siguiendo la tónica de años anteriores, continúa la instalación de nuevos instrumentos y da un nuevo impulso a la difusión cultural y la divulgación, que logran hitos significativos.

Los encuentros internacionales en Canarias se suceden, se participa en proyectos internacionales y se realizan descubrimientos científicos de gran relevancia. El IAC se consolida así como un referente internacional de la Astronomía.

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