lunes, 15 de febrero de 2010

ART. DE UN PORTUENSE,

SORPRESIVO MAR DE FONDO PORTUENSE

ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros

Viendo declinar la tarde, asomado en la bocana de nuestro muelle pesquero, resistiendo momentos desapacibles por causa climatológica del mal tiempo reinante y a la vez sobradamente emotivo, viendo la furia del mar batiéndose donde hallara resistencia, tuve la extraña sensación y deseos de huir, pero a la vez resistir porque ante mis ojos disfrutaba de un fenómeno poco usual en la costa marítima de nuestra ciudad. El cielo parecía que iba a caer con todo el peso de sus negras nubes sobre la mar de todo el litoral. Hubo momentos que era tal su furia que no se veían las estructuras del muelle, entonces envuelto en olas gigantescas que rompían desaforadamente sus incontrolables y locas envestidas. Contrastando el blanco de la espuma con el negro y gris del firmamento. Como si las intrépidas mareas quisieran derrapar hasta entrar en el pueblo; como una sentencia agonizante y vengadora.

La bella y elocuente fotografía que ilustra este trabajo, dice más que todas las palabras a las cuales pude recurrir, oportuna proyección que pone de manifiesto la experiencia que viví tan cerca del mismo mar.

Por momentos parecía que iba amainar, pero las arremetidas se repetían con inusitada insistencia, empeorando en ocasiones hasta el punto de amenazar nuestra integridad física… Ya más habituado, más serenamente, viví tal delicia guardando en mis retinas la exuberante manifestación del mar. Las briznas, en consecuencia, mojaban súbitamente y templaban los nervios ante tan inusual acontecimiento. Y como por inercia, temiendo que la mar se calmara, me apresuré a disfrutar del panorama y opté por cerrar los ojos y despierto sentí que soñaba e imaginaba verme dando bruscos bandazos mar adentro desafiando al mal tiempo, viéndome sobre las elevadas crestas de las furiosas olas; y hasta llegué a sentir alejarme de mi puerto, oculto ya y envuelto en el pesado manto de tan inhóspita noche, sin saber a dónde me llevaban mis salvajes pensamientos…

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